JUGANDO A DETECTIVES

Curioso. La gente me cuenta cosas y, entre tanta cosa, me cuentan cosas de mi que ni yo sabía. Personas que aparecen de repente para pontificar acerca de qué haces o qué dejas de hacer. O para decirte si estuviste mal haciendo esto, lo otro o lo de más allá. O para dejarte caer que se esperaba más de ti en determinado momento. ¿Y? Por favor, identifícate. ¿Tú quién eres para decirme no se qué de no sé qué cosa en la que tú no has intervenido y si sabes algo lo sabes porque sólo has oído una parte de la historia?
Aún no sé por qué pasa esto. Solo sé que no es nuevo. Y aún me sorprendo a mí misma cuando me doy cuenta de que es así, nos guste o no y hagas lo que hagas. Que siempre habrá gente que o te ama o te odia. Y que rara vez hay un término medio. Que le puede pasar a cualquiera y, por lo general, pasa. Es una guerra a la que nos enfrentamos cada día.
Algunos deberían frenar sus impulsos detectivescos. Que te digan -después de soltarte una retahíla de consejos baratos de vieja del visillo- que lo hacen porque “te quieren” no se lo cree nadie. Y que te suelten eso de «confía en mí (que sé más de tu vida que tú)”, es para soltarles en la cara sin pestañear ni despeinarte que su necesidad de husmear se les ha ido de las manos. Para ser exactos os diré que este tipo de cantinelas me parecen auténticas miserias sociales. Y me toca mucho las narices. Porque soltarle a alguien, categóricamente, que sabe de lo que está hablando cuando no tiene ni p… idea de lo que hay porque sencillamente no se ha molestado en preguntarte, algunas veces, es una batalla bastante desalentadora.
A lo largo de los años, y de los palos, he aprendido a escuchar pacientemente, sonreír y luego seguir adelante. Pero a veces eso de seguir como si nada, no toca. Y ha llegado el momento en que ya no pienso esperar sentada y voy a seguir soltando por mi boca lo que pienso a quien me interpele de manera condescendiente para aconsejarme rollo buena samaritana qué es lo que debo de hacer o qué es lo que se espera de mi.
Llegados a este punto, a los que se den por aludidos y a los próximos ignorantes que intenten explicarme erróneamente cosas de mi que ni yo sabía, dejadme deciros que existe un feliz punto intermedio. Porque si bien los mensajes de confianza pueden ser de gran ayuda, hay que tener cuidado en cómo se transmiten. Lo más importante es no juzgar a los demás en su modo de hacer las cosas y cuando vas con el tonito arrogante a dar lecciones, estás SÍ o SÍ juzgando. Y si queréis jugar a detectives, poner distancia es la mejor manera de actuar para ser lo más justos posible…y acertar.

Así que si de verdad me queréis “no irsen” pero os toca hacer un esfuerzo por ver la realidad completa y después -ya si eso- charlamos un rato.

Coco.

Fuente de la fotografía: Pinterest.

spot_imgspot_img

Suscríbete

Seguro que te gusta

10 años aquí…

10 años aquí, y seguimos. No te voy a...

La puerta abierta.

Ha caído en mis manos un interesantísimo libro que...

Cogito EGO sum

No, no has leído mal, pone EGO, así bien...

Mis Jedi

La vida está llena de decisiones difíciles: elegir entre...

23 LECCIONES DEL 23

Decir que no a lo que no. Y ser...
Artículo anterior¡OLE TÚ!
Artículo siguienteNO TODO ESTÁ PERDIDO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Share This