Al servicio de su Majestad

Madrid. 13 de Diciembre de 2014. Tarde de frío y lluvia. La excusa perfecta a visitar el Thyssen- Bornemisza. Un museo al que le tenía muchas ganas. Me gustan los museos. Entre obras de arte, ves cosas que nadie ve y descubres personajes con mucho que contar.

Y eso fue exactamente lo que me pasó cuando, de repente, me encontré frente a frente con el retrato que Hans Holbein, el Joven le hizo a Enrique VIII de Inglaterra. Uno de los pocos que existen sobre este señor. ¡Todo un descubrimiento! Harta de verlo en catálogos, manuales de arte y libros de texto no hay sensación igual a tenerlo delante de ti. ¡El tipo impone y mucho!

Tras un primer momento de mirada curiosa, acercándome al cuadro todo lo que el personal de seguridad te permite, no pude evitar (ni quise) cerrar los ojos y adentrarme en las pequeñas historias que un cuadro de ese tipo encierra. Como si fuera el túnel de tiempo, de pronto estaba al servicio de su Majestad en el taller del pintor y siendo testigo de su maestría para dejar patente el carácter enérgico del personaje. Ese rey que, sin problema de ningún tipo, rompió con la Iglesia para casarse unas seis veces y cortar la cabeza a más de una de sus esposas cuando ya no le servían.

Después de fantasear lo que quise y más, recordé cuantas veces he oído eso de que la pintura, el arte, se siente y se ama de una manera diferente según los ojos que lo miren…Y en la vida ¿pasa igual? No sabemos cómo son las cosas, solo sabemos cómo las vemos o cómo las interpretamos dependiendo de las emociones que despierten. Igual que un cuadro, con el resto de la humanidad nos dejamos llevar por las sensaciones que provocan en nosotros. Y, sin querer (o queriendo) recreamos la vida y milagros de cada uno de ellos a través de nuestra imaginación. Lo mismo que sentimos ante un lienzo nos pasa con la gente de nuestro alrededor: a algunos los disfrutamos, a otros los examinamos y a muchos, directamente y siguiendo los dictados de nuestros ojos, “los decapitamos”. A veces, demasiadas, somos crueles como si de un Enrique VIII se tratara.

 Y allí me enteré del gran enfado que se llevó Margaret Tatcher por perder esta obra al elegir el Barón Thyssen Madrid como el lugar perfecto para instalar su colección. Curioso como un rey tan tiránico y duro mantuvo la fidelidad y el cariño de sus fieles.

Antes de despedirme, le pedí permiso a su Majestad para hacerle una foto. Y mirándome fijamente sin pestañear dijo: “Of course. A plesure”.

 ¿No es adorable?.

 

Coco.

 

Autora de la foto: Coco.

Fecha: 13 de Diciembre de 2014.

Lugar: Museo Thyssen-Bornemisza

Título del cuadro: Retrato de Enrique VIII.

Autor: Hans Holbein, El Joven.

 

 

 

 

 

 

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