Hay personas en la vida, cuya respuesta a cualquier cosa es siempre «no». Es lo que en mi oficina hemos apodado «los noístas».
Esas personas a las que le propones un plan, les pides algo o simplemente les cuentas cualquier cosa y a todo lo le sacan pegas. Son «Noístas» profesionales. Puede ser tu padre, tu pareja, un/a jefe/a, un/a amigo/a… ¿Ya caes? Seguro que ya le pones cara a alguno.
Dicen que contra el vicio de pedir está la virtud de no dar, pero esto ya me parece demasiado. Los «Noístas» ponen el no por delante siempre, aunque les propongas el mejor plan del mundo. Son expertos en buscar el lado malo de las cosas, la imposibilidad aunque sea la más remota, es lo que les viene a la cabeza. ¡Y a la lengua! que si al menos lo pensaran y se callaran pues sufrirían en silencio y los demás podríamos seguir viviendo en paz, ¡pero ni eso!.
Al final acaban entrando en razón pero tu ya estás en modo desilusión.
Después de decirme que no quieres, que no te apetece, que no te gusta o directamente que no lo vas a hacer, vas y lo haces. Y encima yo te tengo que dar las gracias.
Pues mira, no. Ahora ya no, ni me hace ilusión ni me gusta ni me apaña.. Yo también tengo mi corazoncito, mis sentimientos y mis apetencias y cuando al final cedes y piensas que me estás alegrando el día o me estás haciendo un favor, ya no me hace ni gracia.
Reyes