Hoy empieza junio y todo es diferente. Todos los años, el 1 de junio es la fecha en la que acaba una cuenta atrás que empieza en la noche del día de San Juan, y este año es al revés, empieza hoy la cuenta atrás hasta el 1 de junio del año próximo.
La luz de junio será la misma, pero la veremos de forma diferente. Nuestras fotos no tendrán los colores de los monumentos fogueriles, ni de nuestros cuerpos bronceados por una larga sesión de playa o de plantà.
Serán diferentes las calles, no habrá arcos de luces, ni decoraciones en los comercios, no iremos como locos a las mercerías a por alfileres, cintas, corchetes o imperdibles para solucionar problemas de última hora con la indumentaria.
Los sonidos serán diferentes, echaremos de menos la música en las calles, el estruendo de la pólvora, los aplausos y la algarabía de las concentraciones. Escucharemos de la boca de otros «Feliz junio», pero con un tono muy distinto al que estamos acostumbrados.
Serán diferentes los bares, que no nos venderán la cervecita para la mascletà, y las heladerías que no recibirán a los visitantes de otros barrios que van haciendo las estaciones a la vez que visitan los monumentos de especial.
Los encuentros con amigos serán diferentes, estamos como locos por vernos, por compartir espacio, risas, bebidas y viandas, pero no lo haremos en nuestros racós, pasándonos los platos de una mesa a la otra para probar las delicias que se cocinan en las casas de los demás.
Las economías familiares serán diferentes, sobre todo las de los que se dedican a facilitarnos las fiestas con su trabajo, artistas de fogueres, montadores de instalaciones, pirotécnicos, músicos, hosteleros…
Este año junio será diferente, por el recuerdo para los que ya no están, pero lo viviremos intensamente pensando en los junios pasados y proyectando los junios futuros por los recién llegados y los que están por llegar.
Reyes