«LA OTRA»

¿Recordáis a mi querida amiga E? Sí, aquélla que -no hace muchos días- gritaba enloquecida “¡Houston, tengo un problema!”. La que se encontraba ante el gran dilema de su vida porque no sabía qué tipo de hombre le ponía más…sí, esa!!!!!

Pues bien. La historia continúa. Y es que E. ha decidido tirar por la calle de en medio. Ni uno ni otro sino todo lo contrario. Ha optado por ser “la otra”. Así de claro.

No seré yo quien juzgue su comportamiento ¡faltaría más! Y lo que piense sobre ello permitidme que lo guarde exclusivamente para mi…Sí os puedo contar que cuando me narró, con todo lujo de detalles, el porqué de su decisión fui extremadamente curiosa. Pregunté mucho. Quería saber que le había llevado a tomar esa decisión.

“Imagino que los secretos de alcoba no te interesan lo más mínimo”…así empezó su relato. Efectivamente. Cómo se lo montaran en la intimidad, aunque sumamente importante en una relación, era lo que menos me llamaba la atención. Mi interés estaba en saber que había de excitante, y qué ventajas encontraba, en su nuevo estado “civil”.

¿Razones para ser “la otra”? Cualquiera de ellas parecerán extremadamente frívola, pero según E. (o quien sea vea reflejado en ella) tenían el suficiente peso para pasar, digamos, “al lado oscuro”. Independientemente de la necesaria atracción que exista entre ambos, mi amiga había descubierto el lado amable del infiel. Atento, seductor, ocurrente, cariñoso, esplendido…la lista es interminable. Él siempre la recibía con una sonrisa y jamás olvidaba decirle lo maravillosa que era. Por supuesto, nunca hablan de problemas domésticos o cómo llegar a fin de mes…Eso se queda con la “legítima”. Para E reserva las cenas, flores, regalos y alguna que otra escapada romántica. Ante esto ¿qué decir?

Siguiendo mi propósito de no juzgar a nadie, y menos a ella, no le di consejo alguno. Simplemente le recordé que todo pasa y que jugar en este terreno demasiado tiempo puede tener consecuencias…emocionales. Saber desde el primer momento qué papel va a desempeñar en esta historia, y tenerlo muy claro desde el principio, le ahorrará algún sufrimiento. Pensar. Pensarlo mucho. No se trata de valorar su condición de buena o mala de la película. ¡Moralismos fuera! Se trata de saber si es un impulso, hay algo más emocional o, simplemente, terapéutico. Dejar las cosas claras para no llevarte engaños y, a partir de ahí, valorar su estatus de…“LA OTRA”.

 

Coco

 

Fuente de la foto: Pinterest.

 

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