DELANTE DE NUESTROS OJOS

Ha pasado lo que nadie quería. La peor pesadilla se hizo real. La invasión. No guerra. I N V A S I Ó N. El visceral Putin ha entrado en Ucrania como Pedro por su casa para imponer su antojo. Delante de nuestros ojos está destrozando la paz en Europa.

Todo este sinsentido es el fruto de una larga tensión entre naciones hermanas. Una tensión provocada por una panda de rusos nacionalistas liderados por Putin con una visión del mundo tal y como era hace 50 años. Un sátrapa, un líder enfermo que no concibe la idea de que los pueblos decidan su propio destino y capaz de acabar con los derechos humanos solo para satisfacer sus ansias de poder.

Putin, un ser primitivo que creció en una época en la que la URSS era una superpotencia, tiene desde entonces en su cabeza crear un imperio caiga quien caiga sin importarle la vida de los demás. No le importa nada. Sin embargo las cosas no le estaban saliendo como esperaba. Este tipo, durante su “reinado”, ha hecho de Rusia un estado en declive. Ha fracasado estrepitosamente intentando llevar a cabo un modelo económico atractivo, ha conseguido el máximo rechazo a todo lo que sale de sus manos y los rusos más talentosos huyen para cambiar de país…y de vida.

Los rusos de a pie no quieren la guerra. Nadie la quiere. Pero todas esas decisiones se han tomado por sus gobernantes sin preguntarles. Para ellos los ucranianos son sus iguales, son sus vecinos. Existen estrechos lazos familiares entre ambos países desde hace muchos años y casi dos millones de ucranianos viven en Rusia. Ahora, de la noche a la mañana, para los ucranianos el metro se ha convertido en el hogar de muchos y cientos de miles de personas han tenido que dejar sus casas mientras varios miles más han cruzado las fronteras a países vecinos. Inocentes víctimas de un loco que están sufriendo brutales bombardeos y rodeados de una violencia que les destrozará y les cambiará la vida para siempre. Pero también habrá víctimas del lado ruso por culpa de las ansias de poder y la ambición del perverso Putin. Y es que si hay algo que hemos visto una y otra vez a lo largo de los siglos es que en la guerra N U N C A hay ganadores.

Ahora toca que la maquinaria diplomática occidental trabaje a todo gas. ¡Basta ya de actuar como meros espectadores! !No podemos cerrar los ojos ante la barbarie! Es el momento de que el resto del mundo haga que Rusia rinda cuentas porque, visto lo visto, lo que está pasando en Ucrania puede pasar en cualquier país de Europa. Solo hay que mirar a Suecia y Finlandia para saber que o paramos esto o la paz mundial se va a la mierda.

¡Aprendamos por una vez de la historia!

P.D.: Después de una terrible pandemia, ahora esto. ¿Qué será lo siguiente?

Coco.

Fuente de la fotografía: Google.

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