…como en las películas.

En la vida real no siempre ganan los buenos.
Todos, en alguna ocasión, nos hemos sentido víctimas de injusticias reales o imaginadas y, como respuesta, nos hemos tomado la justicia por la mano. Y cuando esa injusticia ha sido contra los intereses de los más débiles, la reacción es aún más contundente. El resultado normalmente acaba siendo una respuesta desproporcionada ya que, cuando actuamos por venganza, perdemos toda la razón y pasamos de víctimas a verdugos. Terminamos cayendo en lo mismo a lo que nos enfrentamos y siendo peor que el otro. ( ¡Ojo! no olvidemos que venganza es lo mismo que tomarnos la justicia por nuestra mano. ¡En el fondo son lo mismo! )
Tomar la justicia por mano propia se ha hecho desde la prehistoria. A nuestro queridos antepasados les parecía lo más normal del mundo. Era lo justo. Y en pleno siglo XXI sigue pasando y pasará cada vez que decidimos resolver determinados líos por nuestra cuenta. Esa “respuesta al daño recibido” casi siempre viene acompañada de una alta dosis de indignación dirigida a sacarnos de encima el sentimiento de impotencia que tenemos ( ¿os suena? ) y, en el peor de los casos, da paso a la violencia.

Yo, con todos mis respetos, creo que esta actitud no beneficia a nadie. Que actuando así volvemos a lo primitivo. Para mi es practicar la violencia de una manera muy…sutil. Se hace de ese modo para influir en la voluntad del otro y obligarle a actuar de una manera determinada. O dicho sin tapujos: todo esto es un signo evidente de fracaso, porque lo que hoy es violencia ayer fue un conflicto que llegó a más cuando no se supo afrontar de una manera pacífica. Son pocos los hechos de violencia que nacen de repente. Muy al contrario, son la suma de varias “injusticias” que van engordando poco a poco al no saber arreglar las diferencias dentro de un marco de convivencia pacífica. Sinceramente pienso que, a pesar de la rabia que tengamos, tomar la justicia por la mano no es un buen mecanismo de respuesta porque al final lo único que conseguimos es perder la razón.

Recordemos que la violencia tiene múltiples caras y tomar la justicia por nuestra mano puede llegar a ser otra forma más de violencia. Y, por supuesto, sobra decir que la violencia en cualquiera de sus formas es…¡inaceptable! Y lo más importante y peor de todo esto es que esa forma de actuar también la aprenden nuestros niños que acaban por normalizarlas y creyendo que lo correcto es tomarse la justicia por la mano, como ven en las películas.

¿Será que vivimos tan rodeados de violencia que esto hace que veamos la justicia por nuestra mano como la única respuesta posible?

 

Coco.

Fuente de la fotografía: Pinterest.

 

spot_imgspot_img

Suscríbete

Seguro que te gusta

10 años aquí…

10 años aquí, y seguimos. No te voy a...

La puerta abierta.

Ha caído en mis manos un interesantísimo libro que...

Cogito EGO sum

No, no has leído mal, pone EGO, así bien...

Mis Jedi

La vida está llena de decisiones difíciles: elegir entre...

23 LECCIONES DEL 23

Decir que no a lo que no. Y ser...
Artículo anteriorNo es lo que parece
Artículo siguientePseudoextrovertido

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Share This