Brindemos.

Tú no me conoces pero yo a ti sí.

Brindo por tu rojo de labios. Por lo diva que eres. Por ser muy tú. (Me tienes que enseñar cómo lo has hecho)
Brindo por tu rebeldía. Poco amiga de los filtros, siempre has dicho lo que piensas. Enseñando tus defectos sin tener que fingir. (Me planteo si esa será una de las tantas razones por las que nunca nos enseñaron a llorar)
Brindemos por tu mente inquieta. Por tu curiosidad como si no hubiera un mañana. Que te pienses ignorante me hace creer más en ti.
Me gustas porque brillas demasiado…y eso molesta. Brindo por esto también. Y, por favor, no te cortes ni permitas que te mareen. ¡Hazlo todas las veces que quieras! ¡Me flipa verte brillar!
Brindemos por quererte como a nadie. Tomándote tu tiempo. Porque te veo y siento que la vida se me queda corta. Señal de que tengo que aplicarme el cuento (Sinceramente, no me parece mal plan).
Brindo por tus ojeras. Esas que has ido arrastrando día tras día, noche tras noche. Hay mucha belleza ahí. También hay angustia y dolor. Esas ojeras…las quiero para mí.
Especial mención a las maravillosas canas que luces. Te veo y creo que con canas estaré mejor, seguro. Pero -quizás- más adelante. Soy cobarde y ahora mismo no me atrevo. Me dicen que es un proceso largo y que hay que tener ese par que tienes tú para aguantar con el pelo de varios colores hasta llegar a lucir la cabeza plateada. Saltaré al vacío (algún día).

Me gusta cómo sabes perder el tiempo. Me ayuda mucho. Me hace reír y…pensar. Y darme cuenta que esto es más serio de lo que creía. Que fui joven. Pero ya no. Que ya no puedo bailar toda la noche. Que lo que hay es lo que hay. Y que detrás de las arrugas, también hay una historia.
Deseo muy fuerte vivir sin prisa. Como haces tú. Tener las cosas claras. Como las tienes tú. Y saber, como tú, que lo que deseo…se puede cumplir. Sigue así, por favor. Disfrutando (y enseñándome) el no hacer nada. Hazlo mucho y con muchas ganas. Porque te lo mereces, porque así es como debería ser siempre y porque te lo has ganado.

Gracias por enseñarme que aún me queda mucho trabajo por delante. Saber que todo pasa por algo y para algo. Saber que es verdad de la buena que me quedan muchas cosas que hacer por primera vez. Que si pasa el tren, lo coja. Y que si no me gusta el viaje, me podré bajar en la próxima. Ahora sólo me queda conseguirlo. (Nunca es tarde).
Gracias porque cada vez que te veo me recuerdas que aquí hemos venido a soñar. Pero soñar de verdad. Esa forma de soñar que teníamos antes de que la vida se convirtiera en una cosa muy seria.

Y gracias también porque la mayoría de mis buenas ideas se me ocurren…viéndote vivir.

Coco.

Fuente de la fotografía: Pinterest.

spot_imgspot_img

Suscríbete

Seguro que te gusta

10 años aquí…

10 años aquí, y seguimos. No te voy a...

La puerta abierta.

Ha caído en mis manos un interesantísimo libro que...

Cogito EGO sum

No, no has leído mal, pone EGO, así bien...

Mis Jedi

La vida está llena de decisiones difíciles: elegir entre...

23 LECCIONES DEL 23

Decir que no a lo que no. Y ser...
Artículo anteriorLa envidia
Artículo siguienteRepite conmigo…

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Share This