No sé si lo estoy haciendo bien o mal. El caso es que los últimos post que he publicado no han dejado indiferente a un nutrido grupo de gente (¡Grupooooooo! ¡Gracias por leermeeeee!) Hasta aquí solo repetir una vez más que saber esto me hace muy feliz y me anima a seguir en esta aventura que en nada cumple 10 años y que iniciamos Caye, Reyes y yo poniéndole alma, corazón y vida.
Dicho esto -y a vueltas con esos últimos post de los que hoy escribo- he recibido mensajes y llamadas y también he tenido largas conversaciones en las que siempre ha salido la pregunta del millón: “Oye, ¿estás bien? No sabía que te pasaba todo esto. Deberías haberme avisado. Vaya tela todo lo que estás viviendo”.
A ver. Os voy a contar cómo manejo esto. Mis post, como cualquier otra publicación o reflexión que se haga, siempre llevan algo de mí, pero eso no quiere decir que sea yo la protagonista de “Mis historias bacalao”. Afortunadamente tengo muchos amigos y gente conocida que me cuenta cómo se sienten, qué pasa por sus cabezas, situaciones de su vida…todo esto hace que algo de todo lo escuchado y hablado haga click en mi cabeza y me decida a compartirlo en Te Conozco Bacalao.
A partir de ese momento y como todos conocemos a todos -o a casi todos- y si no es así nos creamos una imagen de quién puede ser, pongo la maquinaria en marcha y empiezo a construir la historia. En ocasiones cambio al protagonista de sexo. Si la historia es de Menganita, en el post será Fulanito y si es algo que me ha pasado a mí, lo escribiré en tercera persona…o algo parecido. También añado cosas de mi cosecha. Ingredientes que la persona en cuestión no me ha contado, pero como curiosa y observadora que he sido desde que tengo uso de razón, no puedo dejar de incluirlos en mis reflexiones.
Es más. Releo los párrafos de arriba y me dan ganas de eliminar alguna frase. Creo que me he sincerado demasiado. Pero no. No voy a borrar nada. Algo dentro de mí dice que debo ser clara y explicar por qué hago las cosas así. Y es que, aunque todos mis post -como míos que son- hablan de mi vida, no es la vida que de verdad tengo ni llevo. Mi vida, aunque os parezca lo contrario, es más de andar por casa. Eso no quiere decir que no me pasen cosas. ¡Por supuesto!¡Como a todo el mundo! Pero son cosas que, francamente, no inspirarían ni una película, ni un libro ni una publicación semanal.
Lamento decepcionar a más de un@.
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.