ADÉU BARÇA

Es difícil ser del Barça cuando el Barça no quiere que yo lo sea. Soy barcelonista desde que tengo uso de razón. Hasta ahí llega mi condición de hincha.

En la vida hay cosas que nunca cambiarán. Y yo pensaba que, entre ellas, estaría mi condición de culé. Pero no. Error. Los últimos acontecimientos me han de mostrado que las hay que pueden dejar de ser por mucho que te resistas.

Un puñado de dirigentes y cabecillas del F.C. Barcelona han conseguido lo que nunca consiguió ni mi abuelo (socio fundador del español), ni mi padre (periquito hasta la médula), ni mi marido e hijos (cuatro madridistas como la copa de un pino). ¡Enhorabuena señores gerifaltes!

Cuando empecé a ver a estos mandamases, con sus alegatos independentistas y a las gradas pitando e insultando a los españoles, noté que me daba igual cómo hubiera quedado mi querido Barça. Y lo que era peor: sentía vergüenza al decir que era culé.

Sí. Me siendo engañada. ¿Cómo explico a la gente que quiero que me gusta un club que defiende la separación de Cataluña de nuestro país? ¿Cómo le digo a mis hijos, con sangre catalana como yo y mirándole a los ojos, que mi equipo defiende que nos sintamos extranjeros en Cataluña? No tengo capacidad para ello. Ni la tengo ni quiero tenerla.

En su vida privada y a título individual, estos señores que hagan lo que les dé la gana pero NO cuando representan a muchos aficionados. Así no. Ustedes, con su actitud, nos han despreciado  a todos los barcelonistas del resto del estado español. Y no tienen derecho a marcar ideológicamente al club. Un club que nació, como todos, para hacernos disfrutar del deporte rey. Y si el F.C. Barcelona es universal es porque una grandísima parte de la afición reside fuera de Cataluña, y fuera de España, repartida por los cinco continentes. ¡Un club es de todos sus hinchas! ¡TODOS!

El fin último de cualquier directivo, creo, no es contaminar a la masa social que apoya al club. Muy al contrario. Deben arropar a todo tipo de sensibilidades con el objetivo de que disfrutemos del mejor fútbol que ahora mismo existe en el mundo. Sobre todo uno como el F.C. Barcelona que tiene seguidores en las partes más recónditas del planeta Tierra y que lo único que buscan es disfrutar de su buen fútbol, que lo tiene. Señores ¿es ésta su idea de un Barça universal? ¿Dónde queda la pluralidad de mi equipo?

Con mucha pena os digo que mi Barça ya no me representa. Es el club de unos cuantos, pero no el mío. Hoy en día siento que apoyar al Barcelona es apoyar al independentismo catalán y yo, orgullosa de llevar sangre catalana en mis venas, no soy independentista ni nacionalista. Son ideas con las que no comulgo ni comulgaré jamás. Soy española. Y prefiero ser de un club que este tan orgulloso como yo, o más, de representar a España. Mi país. Mi tierra.

Al fin y al cabo yo no soy importante para el club pero ¿qué pasará cuando las peñas de aficionados que tienen repartidas por todo el país dejen de seguir al equipo? ¿O cuando dejen de ir a ver los partidos? ¿Qué haréis entonces, queridos mandamases?

Lo siento. Soy incapaz de sentirme española y forofa del Barcelona a la vez y…me ha tocado elegir. Cosa que no hubiera pensado que haría nunca. Y, con todo el dolor de mi corazón, hoy digo «ADÉU BARÇA».

Así no.

En tu mano está que volvamos a creer en ti.

 

Coco.

Imagen del comunicado emitido por el F.C. Barcelona el 20 de septiembre de 2017.

 

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