frívolo, la
Del lat. frivŏlus.
1. adj. Dicho de una persona: Insustancial y veleidosa. U. t. c. s.
2. adj. Propio de la persona frívola.
3. adj. Dicho de una cosa: Ligera y de poca sustancia.
4. adj. Dicho de un espectáculo o de sus canciones, bailes e intérpretes: Ligero y sensual.
5. adj. Dicho de una publicación: Que trata temas ligeros, con predominio de lo sensual.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.3 en línea]. <https://dle.rae.es> [15/06/2020].
No digo yo que el Bacalao sea frívolo, eh? pero como todos, tenemos nuestros momentos.
Me refiero más bien a las redes sociales. Y no, no me digas que tú no tienes, porque si me estás leyendo, en alguna estás, aunque solo sea en whatssap. La mayoría de los mortales estamos en todas las que tenemos a mano, facebook, youtube, instagram, pinterest, emails, blogs (los menos), y nos faltaba el TikTok, que durante la cuarentena se ha hecho el rey!
Nos encanta ponernos delante de la pantalla y tragarnos lo que nos echen: videos graciosos, retos deportivos, modelitos imposibles, cuerpos irreales (por lo perfectos), situaciones maravillosas… Ya sabéis de mi aversión por las egoinfluencers, pero tengo que hacer una confesión, desde hace un tiempo sigo a Tamara Falcó.
Si, ya se que no es Maria Pombo, ni Chiara Ferragni, pero mira, la vi en masterchef y me cayó bien el personaje, así que ahí la tengo, en mi feed de instagram compartiendo conmigo su vida diaria.
También sigo al chef Peña, que aunque mi amiga dice que tiene el cuerpo raro, a mi el vallisoletano me cae bien, y sus viajes por el mundo me inspiran. Igual es porque lo veo un tío normal, y con eso si que soy capaz de identificarme. Lo siento por Kortajarena, pero los de su tipo no entran en mi reino.
No, mi uso de las redes no es aspiracional, no voy a conseguir jamás la vida de la Falcó, ni el cuerpo de las rubias, ni siquiera el de Patri Jordán, (ni su capacidad para grabar el video de tal manera que no se le mueve un pelo de sitio ni le cae una gota de sudor).
No sigo a las personas que se dedican profesionalmente a inventarse un personaje para representarlo en las redes y así promocionar todos los productos que tienen a bien entrar en ese tipo de negocio.
No soy yo de tragarme las mentiras de otros, ni tampoco de mentir, pero tampoco te pienses que lo que publico en mis redes es mi vida. Las publicaciones se seleccionan, SIEMPRE. El postureo tiene un precio, y hay que pagarlo.
Si, a veces publico lo que estoy haciendo en el momento, pero son las menos. No voy a publicar una foto en la que no me vea bien, ni un encuadre que no me favorezca (ni a mi ni a ninguno de los míos).
Como todo en la vida, las publicaciones requieren de una preparación, pensar la foto, el texto, el objetivo… y si de vez en cuando publico algo para alimentar mi ego, pues mira, mea culpa, yo también soy mortal y tengo mi corazoncito, que a veces necesita cuidados y cariño.
Tengo otra amiga que critica a los que publican toda su vida en redes, pero seguro que luego sigue a «los profesionales» como método de inspiración. Allá cada uno con su conciencia.
El caso es que las pantallas son como una ventanita al mundo que nos gustaría ver y tenemos la suerte de poder elegir los contenidos. Es por esto que en estos tiempos tan raros en los que las malas noticias nos rodean, nos escondemos de ellas apelando a la frivolidad. A día de hoy, bendita frivolidad, bienvenida sea.
¡Que viva la frivolidad!, y por encima de todas las cosas, ¡que viva lo bien que nos hace sentir! Amén.
Reyes
Imagen: Jon Kortajarena recien levantado según publicación de Instagram compartida en Pinterest no se ni por quién.