TRES DÍAS.
Tres días. Sólo quedan tres días.
Dos años le han llevado a la casilla de salida.
Mi niño se hace mayor, dice que le dicen. No corras, le digo yo. No hay prisa. Todo llegará. Y, sin darte cuenta, tendrás tu vida. La que escojas. Habrá momentos duros. Te equivocarás. A veces las cosas no salen como uno quiere. Y no pasará nada…
Pero, por mucho que le diga, para él se acerca el día más importante en su pequeña vida. Sabe que es su fiesta. Y que se acerca algo inolvidable. Tendrá regalos, habrá ensayos, fotos, pruebas… Y pasará algo que, tal y como ha aprendido a lo largo de este tiempo, se parece a la Última Cena.
Los hay que piensan que los niños a esta edad son incapaces de comprender de qué va todo esto. ¡Ilusos! Es cierto que reflexionan a su manera y ven las situaciones desde su mundo, pero no son tontos. Y aunque están en fase de “construcción”, saben qué está bien y qué está mal. Y cuando algo no les cuadra, desconfían y te hacen mil preguntas hasta que lo ven claro. Y si aún así no lo ven claro, te marcarán el paso hasta que lo vean. ¡Son inagotables!
Haced la prueba. Comprenden perfectamente el mensaje de lo que va a pasar. Os dirán que no es sólo una reunión a su alrededor donde él es el protagonista. Saben que, a partir de ese momento, se unen a un grupo que vive de acuerdo a un estilo de vida. Se suman a una gente que celebra la religión como algo importante. Saben que es el principio de una nueva forma de hacer las cosas. Es su primera gran decisión. Y esto cuando se hace por primera vez es algo que para nosotros, los creyentes, merece una fiesta.
Sí. Yo soy creyente. No me escondo. Que se escondan otros…si quieren. O ¿Hoy no se puede creer? Parece que está pasado de moda.
No voy a entrar en ese debate. Este es un post dedicado a mi pequeño. Sí os diré que soy de las que pienso, y defiendo, que todos tenemos derecho a creer en lo que nos dé la gana. Cada uno que viva la vida como quiera sin hacer daño al de enfrente. Respeto las demás creencias de la misma forma que pido respeto a la mía. Y pido respeto también para el que no crea. Que nadie nos juzgue por ello. ¡Faltaría más!
Sí. Soy creyente y defensora de quitar de la cabeza a niños, y padres, eso de hacer la Primera Comunión porque toca. Pues no. No toca. No toca para aquellos que no piensan volver a pisar una iglesia en su vida. Y no. No es mejor el que comulga que el que no. Ni el que va a misa todos los domingos. Punto y final sobre este asunto.
Se cierra un capítulo más en el libro de nuestra familia. Los cinco hemos esperado esto con mucha ilusión. Como madre quiero que disfrute cada minuto. Y no quiero que se distraiga del paso que va a dar. Ni permito que vengan a aguarle la fiesta. Llega su gran día. Nada como ver su cara contando las horas que faltan. Y va a estar rodeado de los suyos para que así sea. Después Dios dirá.
El trabajo…continúa.
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.
Precioso!!! Qué razón tienes en todo lo que has dicho… Enhorabuena por esa formación que está recibiendo tu hijo. Y me alegro de poder compartir ese día con esa personita que casa día la tengo ahí con una sonrisa.
Un besazo gordo
Su seño…
Gracias Patri!!!!Enhorabuena también a ti porque sin tu ayuda, desde el aula y codo con codo, todo esto no tendría sentido.
¡Un besazo!