¿Qué pasa por esa cabeza? Me refiero a la cabeza de aquell@s que, tras una bonita historia de amor, de la noche a la mañana y sin explicación alguna te dicen: “adiós, lo nuestro se acabó”. Porque digo yo que algo debe pasar por esa cabeza a no ser que sea una cabeza hueca. Y cabezas huecas, de momento, ni hay ni las ha habido. Otra cosa es que sean “descerebrad@s” e insensibles a dolor ajeno.
Tengo que reconocer que a veces no tengo filtro, pero es que por mucho que busco no encuentro otra definición para ese tipo de especímenes que llamarles “CERDOS” y con mayúsculas. Porque, seamos sinceros, alguien que con la mayor frialdad y sin pestañear es capaz de mandar a la m… parte de su vida, lo más suave que se merece es que le llamen así y mucho más. ¿Era necesario llegar a esto?
Con personas de esa calaña, cuando es imposible saber qué ha fallado…ni agua. El dolor que deja detrás, sin explicar por qué ese amor que tanto había acabó herido de muerte, es la peor cadena perpetua que una persona puede soportar. Porque duele mucho no saber qué ha pasado, no saber por qué se acabó el amor. Y ella tardará muchísimo en darse cuenta -si es que algún día lo consigue- de que le has hecho un favor. Un gran favor.
Quiero creer que el paso dado es la gota que colmó ese vaso que se ha ido llenando durante los meses o años que haya durado la historia. Quiero creer que él (o ella) llevaba mucho tiempo con tantas dudas que seguramente le quitarían el sueño. Y quiero creer que como quería tanto a su pareja intentó salvar el amor hasta el final. Quizá también sea que no tenía el mismo nivel de compromiso o tal vez haya conocido a otra persona. No sé la razón (puede haber miles) ni me importa, pero… ¡Tío, un par de h…te faltan!¡Una señal!¡O habla claro!¡Sé sincero! ¡Que las cosas se pueden hacer de otra manera!
Todos sabemos que poner punto final a una relación de pareja cuando ha habido mucho amor es de las cosas más difíciles a las que te tienes que enfrentar, pero no puedes romper el alma a esa persona que tanto has querido con pura cobardía. Los silencios, la mayoría de las veces, duelen más que las palabras, dejan heridas difíciles de sanar. Y Utilizar la indiferencia como despedida merece…tarjeta y expulsión.
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.