FLIPO

Flipo con la gente que se vende como nadie. En el fondo creo que lo mío es envidia de la mala, pero aun así flipo. Hablo de esa panda de opinadores osados y engreídos, audaces y vanidosos, con la autoestima nivel dios. Esos que llegan lejos lejísimos (o de eso presumen), que no tienen complejos (o saben hacer que no los tienen) con mucha cara dura y poco pudor. Y luego, en el polo opuesto estamos el resto de los mortales, “LOS DEMÁS”, esos que nos sentimos unos perfectos idiotas cuando estamos a su lado. En “LOS DEMÁS” hay niveles (como en todo) y en uno de esos niveles estoy yo, que vivo con la duda instalada de forma permanente en mi vida. Lo mío, aunque la edad me ha enseñado a disimular, es una constante comida de bola sobre si soy políticamente correcta o si lo estaré haciendo bien. Será por eso que flipo tanto con los que se venden tan bien, los que dicen ser más de lo que realmente son, los que si tú te cuentas una ellos se cuentan veinte, los que si tú has ido ellos han ido y vuelto infinito…y así podría seguir hasta el día del juicio final.

En su defensa debo reconocerles que mientras unos no presumimos de nuestros pequeños o grandes logros, mientras no vamos de lo que no somos, mientras asumimos día sí y día también nuestras sombras, mientras casi tenemos que ir pidiendo perdón por conseguir eso que tanto nos hemos currado, eso que hemos perseguido con todas nuestras ganas; ellos también se lo han debido currar de lo lindo para ganar mucho más que tú con menos esfuerzo y menos preparación, para ser tan petulantes, tan vanidosos y engreídos y todo esto sin sentirse una pandilla de charlatanes e impostores cuyo modus operandi es la prepotencia. ¡Flipo con ellos!

Dicho esto, lo que no les perdono ni soporto es que a “LOS DEMÁS” nos tomen por tontos (aunque a veces me lo haga y me deje llevar) pero…¡es que algunos se pasan de la raya! Están todo el día soltando frases ensayadas delante del espejo con mensajes que no se creen ni ellos, pero te los intentan colar porque consideran que eres boba, que no te enteras. Y eso está muy feo porque muchos nos aguantamos las ganas de decir lo que realmente pasa por nuestra cabeza en esos momentos (por la razón que sea) pero lerdos no somos y estamos hartos de que nos traten como tontos. Puede que seamos débiles pero idiotas no y, en algunos casos, ya muy cansados de que nos tomen el pelo.

Así que a quien se dé por aludido, desde AQUÍ y desde YA le digo que -como bien sabe- la vida da muchas vueltas y que si hoy le va bien mañana puede que no, y que el mundo de los sentimientos y de los afectos es el que más hay que cuidar. Que no son más ni valen más que ninguno de los que les rodean, sobre todo cuando tienen que recurrir a la palabrería y al descrédito de aquellos otros que consideran una amenaza. Y a los que sientan que -en ocasiones- son personas de segunda categoría por culpa de esos reproches, de agravios comparativos y de las gracietas de cuatro gilipollas os invito a que le pongáis muchas ganas cuando esto pase y que nada os derrote, porque contra esos ataques de arrogancia la mejor defensa es el ataque. Y aunque es difícil en estos tiempos mantener la calma, una parte de mi me hace pensar que hay que se paciente porque algún día…el mundo será nuestro y no de ellos.

P.D.: Somos lo que somos. Ellos y nosotros. Y nada más lejos de la realidad. De la suya y de la nuestra.

Coco.

Fuente de la fotografía: Pinterest.

spot_imgspot_img

Suscríbete

Seguro que te gusta

10 años aquí…

10 años aquí, y seguimos. No te voy a...

La puerta abierta.

Ha caído en mis manos un interesantísimo libro que...

Cogito EGO sum

No, no has leído mal, pone EGO, así bien...

Mis Jedi

La vida está llena de decisiones difíciles: elegir entre...

23 LECCIONES DEL 23

Decir que no a lo que no. Y ser...
Artículo anteriorLA REINA HA MUERTO
Artículo siguienteMi segunda casa.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Share This