Y tú, ¿de quién eres? ¿De papá o de mamá? ¿Del Barça o del Madrid? ¿de los rojos o de los azules? ¿De ciencias o de letras?¿De Windows o de Mac? ¿Apple o android?…
Son tantas las preguntas que nos hacen en esta vida que llega un momento en el que te crees en la obligación de contestarlas todas. Es necesario definirse, decantarse por una de las opciones que nos plantean y convertirte en uno de los del grupo. También puedes no hacerlo, pero entonces serás el bicho raro. El caso es poner etiquetas.
Esas etiquetas son las que nos van a servir como carta de presentación durante toda la vida y las que van a condicionar nuestro comportamiento por siempre. Y yo, para no variar, no estoy dispuesta a asumirlo.
Lo mío es más como la canción de Alaska «no soy de nadie, no tengo dueño».
No soy ni de papá ni de mamá, con cada uno tengo unas afinidades y unas diferencias.
No soy del Barça ni del Madrid, ni me gusta el fútbol, en todo caso el baloncesto y mi equipo es el Lucentum.
Ni los rojos ni los azules me convencen y del resto de colores del arcoiris tampoco estoy muy segura, así que en la próximas elecciones lo voy a tener difícil.
Antes era de ciencias, en COU opción B (mates, física, química y biología). De ahí a ADE que son ciencias mixtas porque de mates hay, pero de sociología también. Y ahora de letras, estudiante de Comunicación y a mucha honra.
No soy persona de extremos, ni de radicalismos, no creo nada a pies juntillas ni desconfío de todo el mundo. Hago por ser crítica, informarme y tomar mis decisiones.
Comparto mi tiempo con las personas que quiero y trato de dar lo mejor de mi, pero sin obligaciones. Respeto las preferencias de los demás y sólo pido que conmigo hagan lo mismo.
Dicen que somos de quien nos piensa a mitad del día y sonríe, y esa es la única forma de posesión que admito.
Afortunadamente podemos tomar cada día nuestras decisiones y pensar hoy blanco y mañana negro. Así que hoy soy tuya, pero sólo mientras que lees este post.
Reyes
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