He de reconocer que a mí esto del fútbol me gusta y como todos, siento los colores de mi equipo, cuando llega un mundial dejamos los colores de nuestro equipo y vamos todos a una con los colores de la selección. El mundial de fútbol es el espectáculo deportivo más grande y seguido del mundo.
Cuando comienza el mundial de fútbol todo son expectativa, planes, metas y objetivos, tanto para los jugadores como para los aficionados.
Dentro de los planes siempre está el disfrutar, pero como aficionados ¿Esto depende de nosotros?
Cuando echa a rodar el balón los jugadores tienen la posibilidad y el poder de crear un estado de ánimo que influye a todo un país, ya sea con una desatada euforia y emoción, o con la decepción de la derrota acompañada de lágrimas, frustración y un gran cabreo. Como afloran todas estas emociones en todos los seguidores, que se desencadenan por el esfuerzo, goles y paradas de los jugadores de tú equipo. Siempre me ha resultado curioso que para la mayoría de nosotros los jugadores de la selección son seres que no conocemos de nada, pero son supercercanos para todos nosotros porque lo conocemos todo de ellos gracias al bombardeo de información constante antes y durante el mundial de futbol. Nos ponemos tanto en su piel que sus éxitos son como un logro personal nuestro.
En los deportes de competición, sí o sí afloran las emociones. Los aficionados sienten su corazón acelerarse, su cuerpo lleno de energía, que les hace sentirse capaces de correr la banda junto a Jordi Alba, y cabecear a gol en el minuto 93 para dar la victoria final. También nos puede provocar todo lo contrario desatando la frustración de todo un país, provocando la critica voraz a todos esos jugadores que eran semidioses.
Si disfrutamos de un buen partido de la selección, es un momento alegre, que no solo lo compartimos con los nuestros, sino con todo un país. Un desconocido con la camiseta de la selección, se convierte en nuestro amigo de toda la vida, al igual que un buen amigo con una camiseta de Holanda se puede convertir en un enemigo en potencia.
Más allá de todo lo que significa el fútbol para un país, como todo deporte es un gran maestro por todo el aprendizaje que nos regala y los valores que transmite.
Un Mundial de Fútbol tiene el poder mágico de unir, hacer llorar y reír a todas las personas de la tierra con un simple gol, y solo por esto merece la pena disfrutarlo.
Y mi favorito para la final es…
Caye
Fuente de la foto maria25.tumblr.com