Ese día me levanté y dije: Hoy puede ser un gran día. Y lo fue. Era mi oportunidad. Convertirme en una espere heroína de ésas que van salvando vidas con sus súper poderes, sin necesidad de llevar capa o espada. Sólo con un par de…taconazos.
Una firma, un pinchazo y me convertí en donante de sangre y de médula.
Dicen que en España somos líderes mundiales. Que batimos récords en el campo de las donaciones, pero… ¡faltaba yo! No sé por qué no lo hice antes. ¡Ojo! No se es mejor persona por donar o no, esto va con cada uno. Supongo que, en mi caso, lo iba posponiendo sin saber muy bien por qué, dándole prioridad a otras historias cuando surgía la oportunidad…¡Vete a saber!
En la vida, a veces, nos entretenemos en gilipolleces y dejas de lado esos pequeños gestos realmente importantes que son los que de verdad te hacen sentir bien. Hasta que llega alguien y te abre los ojos. ¡Gracias Cristina!
Mi única razón para donar ahora es… que no tengo razón para hacerlo. Cualquier momento es bueno para ser útil. Y había llegado mi hora. ¡Vaya, que lo he hecho porque me da la gana!
Los humanos hemos sido capaces de crear lo increíble pero no somos capaces de fabricar sangre ni órganos vitales. Ahí sólo otra persona nos puede ayudar. Y la gran mayoría desconocemos que con un fallecido que quiera donar, se puede salvar la vida a diez que se encuentren en ese momento en lista de espera. Hay enfermedades que sin donaciones sería imposible curar, convirtiendo esa donación en la única forma de que otros puedan vivir. Desde mi camilla, en pocos minutos, comprobé cómo te conviertes en alguien capaz de alargar la vida de los demás dando una pequeña parte de tu organismo. ¿Qué es eso para ti? ¡Ná! ¿Mágico, verdad? ¿Es un súper poder o no? ¡Pues claro que lo es!
Así de sencillo. Y así de valioso. Servir a la vida es la máxima expresión de la relación entre seres humanos. Hacer vida de la muerte. Porque nunca la vida ha estado tan unida a la muerte como a través de una donación. Nadie sabe que hay más allá de la muerte. Lo que sí es seguro es que el alma se va y el cuerpo se queda. Vacío. Sin vida. Inútil. Inservible o no…De ti depende.
Recuerda: Sin capa. Sin espada. Sólo las ganas y estar sana.
Coco.
La foto la hice desde mi camilla el día 3 de octubre de 2017.
En la Fiesta Solidaria para donar sangre y médula,
organizada en el Teatro Principal de Alicante.