Hace unos días leí que nada nos vuelve tan solitarios como nuestros secretos y que, cuando las cosas no funcionan por más esfuerzos que hagas, es necesario que saques todo el dolor que tengas. Es algo muy humano y muy necesario. Mientras no verbalizas cómo te sientes, no eres capaz de valorar el daño que te está haciendo la situación. Sin embargo, cuando decides contarlo todo fluye. Ves que no eres el único y que todos TODOS tienen o han tenido fracasos incluso más gordos y graves que los tuyos. Pero ojo. También soy de los que piensan que tienes que tener mucho cuidado con quién te sinceras. Las apariencias engañan y los hay que les da un gustirrinín morboso ver tu lado más más débil y saber que estás pasando una mala racha. O que las cosas te van peor que a él. Y como la envidia es el pecado nacional, a la menor oportunidad harán todo lo posible para sacarlo a relucir. Son así de buena gente.
Por eso soy de las que piensan que hablar abiertamente de tus fracasos es un acto de valentía. Y también por esa razón soy de las que opinan que hay que ser extremadamente cuidadoso a la hora de contar nuestras miserias, nuestros problemas o nuestros sentimientos. Porque siempre habrá “un alma caritativa” que se encargue de correr la voz (vaya usted a saber con qué intención) o de poner el dedo en tu llaga cada vez que “no haya dormido bien”, por ejemplo.
El “sincericidio” tiene sus riesgos, porque confiar en la persona equivocada puede provocar efectos devastadores. Tener a alguien que te escuche, a alguien con quien desahogarte en ese momento de horas bajas, es tan necesario como saber con quién sí y con quién no. Y las lecciones aprendidas a lo largo de todos estos años que llevo encima no han hecho otra cosa que decirme que los escudos son parte importante de la vida. Sé que no es fácil. Yo he sido la primera en cometer el error una y otra vez. Y no aprendo. Siempre hay alguien que me la cuela. Soy así de imbécil y he metido al enemigo en casa más de una vez. Así que… ¡cuidado! Si te sientes tan mal que has contado tu vida en verso al primero que pasa y has comprobado que abrirte en canal con quien no debes es un arma de doble filo, decirte que te acompaño en el sentimiento, que aprendas de los errores y que…a mantener las distancias.
CAIGA QUIEN CAIGA.
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.