¿Quién soy yo para juzgar a nadie? ¿O tú?
¿Quien soy yo para expresar mi rabia a la vista de todos? ¿Quién eres tú para escribir acusaciones sin tener información suficiente?
¿Quienes somos nostros para emitir nuestra opinión generalizando por raza, procedencia o religión?
Vamos a quedarnos con la tristeza, con la incomprensión que nos invade, con todas esas preguntas que nos hacemos.
No somos capaces de entender ¿por qué, cómo, cuándo, para qué…?
No encontramos respuestas para darles a los niños, ni para darnos a nosotros mismos. La situación nos supera y tardaremos en quitarnoslo de la cabeza.
Han pasado 14 años y no se nos ha olvidado, y dentro de 14 años tampoco se nos habrá olvidado lo que hemos vivido este 11M.
Hay días que no hace falta que marquemos en el calendario, y este será uno de ellos.
Descansen en paz los que sufrieron la barbarie de los desalmados y que los suyos encuentren el consuelo si es que eso les soluciona algo.
Reyes