¿Cuántas veces te has parado a pensarlo? ¿Qué necesidad hay de esto o de aquello?
Necesidad de enseñar, de tener, de hacer, de implicarse, de mostrar y de demostrar…Hay días en los que me levanto con un objetivo claro, un «algo que hacer» que es imprescindible, indispensable… vamos, que no se me ocurre que al acabar el día no lo habré conseguido, así que me pongo a ello con todas mis fuerzas, planeo el momento en que voy a hacer eso tan importante, me imagino la situación e incluso lo bien que me voy a sentir cuando lo acabe. ¡Que gustazo! ¡Que satisfacción! Me lo he propuesto y lo he conseguido, si es que ¡soy la caña!.
Y cuando llega el momento en que tenia planeado hacer eso tan importante, se tuercen los planes, o simplemente los cambio. No se si lo sabes, pero los planes, como los principios están para cambiarlos como nos de la gana, que para eso son nuestros, ¿o no?. (Esto creo que da para otro post… prometo escribirlo).
El caso es que eso que era tan importante, se me revela como algo secundario, o a lo mejor es que no era importante para mi, sino para otra persona, o ni siquiera para él/ella, y me doy cuenta de que me ha generado una situación de estrés, de la que no tenía ninguna necesidad.
No, no hay necesidad de preocuparse tanto por determinadas cosas. Mejor me dejo llevar, me ocupo sólo de lo que es realmente importante, mi bienestar y el de los míos. Ya está bien de sufrir tanto por nada.
A partir de hoy voy a empezar a desprenderme de aquello que no sea realmente necesario. Y no, no hablo de deshacerme de mi colección de bolsos, ¡esos los necesito todos!.
Reyes
Foto: Pinterest (ya quisiera yo que fuera mía)
nunca se tienen suficientes bolsos 😛
Ni suficientes zapatos, ni pintalabios…