Pies, ¿para qué os quiero?
Eso pensamos en más de una ocasión en la que estamos preparados para salir corriendo.
Puede ser que nos hayamos visto en una situación que nos supera y queramos huir, o que pretendamos acelerar el proceso y llegar antes al sitio al que nos dirigimos, el caso es que ponemos pies en polvorosa y salimos corriendo.
Yo no soy de correr, si acaso para no llegar demasiado tarde a algún sitio… ni huyo ni tengo prisa, cada cosa a su tiempo. Pero eso si, a mis pies los quiero, y mucho! No solo porque me llevan donde me haga falta, sino porque son los que me aportan seguridad dentro de unos zapatos de tacón, los que me relajan jugando con la arena de la playa, los que me llevan al placer máximo con un masaje y además me provocan la risa con una sesión de cosquillas.
Hay a quien le horrorizan los pies, y también hay fetichistas que los adoran… yo ni lo uno ni lo otro, aunque eso si, los pies que me gustan son los míos, asi que deja de subir fotos de tus pies a las redes sociales, a no ser que lo hagas para lucir zapatos.
Reyes
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