Hoy es el día de la resaca, de haber pasado la noche en vela viendo la gala de los Oscars, de haber escuchado el famoso «…and the Oscar goes to…» o de habernos levantado temprano para ver las noticias, las fotos y los comentarios de la gala en la prensa. Pero no nos engañemos, lo que más nos interesa al fin y al cabo son las imágenes que han quedado de la alfombra roja, o lo que llevaba puesto la ganadora del Oscar a la mejor actriz.
Para confirmar mi teoría, intenta responder sinceramente a estas preguntas: ¿Qué es lo realmente importante de la gala de anoche? ¿el trabajo de actores y actrices durante el pasado año?, ¿las inversiones realizadas en las películas? ¿La recaudación conseguida en taquilla?, o ¿el outfit que han elegido para el día que acuden a la entrega de premios?.
Por suerte o por desgracia lo que más interés suscita es la elegancia o la falta de la misma que lucen en la alfombra roja las actrices y otras invitadas que acuden al evento. Ni siquiera ellos, ¡solo ellas!. Desde hace unas horas, encontramos muchísimas noticias y reportajes con listas de las mejor y las peor vestidas, los nombres de los diseñadores de cada vestido, los colores más repetidos, las mejor y las peor peinadas, y un largo etcétera. Y yo me pregunto, y el trabajo de estas mujeres, ¿dónde queda?. Y por otro lado, ¿Que hay de los actores? nadie habla de quién ha sido el más elegante, ¿y el menos agraciado?.
Nos quedamos sin conocer a personas importantísimas que intervienen en el proceso de elaboración de las películas, productores, guionistas, músicos, montadores, diseñadores de vestuario, maquilladores, profesionales de sonido, iluminación o efectos especiales… tantas y tantas otras labores fundamentales para que la historia que alguien ha escrito pueda llegar al cine y después a nuestras casas.
La conclusión es la de siempre, nos quedamos en la superficie, en la imagen, en lo que más se ve. Preguntamos a las actrices a pie de alfombra roja quién es el diseñador de su vestido en vez de preguntarles por su trabajo. Nos importa el envoltorio, pero no la esencia. Y no digo que me importe, allá cada cual con sus gustos y sus intereses, pero ¿somos conscientes de todo lo que nos perdemos?.
Reyes
Fuente de la imagen: Pinterest