¿De verdad eres feliz?
¿Estás segura?
¡A mi no me engañas!
¿Sabes lo que veo yo? Veo que vas todo el día con el freno puesto. Siempre en guardia. Con el hacha de guerra levantada. ¡Viviendo en un eterno ataque de ansiedad!
¿Sabes lo que creo yo? Creo que tu cabeza te está amargando la vida. Te ves (y te gusta verte) como la víctima eterna. Te lo tomas todo demasiado en serio. ¡Un poquito de humor al día, por favor!
Si quieres descubrir quién es tu enemigo, solo tienes que mirarte al espejo. En este mundo nuestro todos somos culpables de algo. Y tú eres la única culpable de tu infelicidad. No responsabilices a los demás de ella. Y, cuando discutas con alguien, recuerda que no se trata de ganar o perder. Se trata de llegar a un acuerdo. Nadie gana odiando. Reflexiona y mira al frente.
Alardeas de no tener redes sociales porque, dices, no te importa ver la vida de los demás pero…¡Deja de cotillear! No prejuzgues. Ni juzgues. Creo que recuerdas a los demás con demasiada facilidad los fallos que cometieron y te olvidas, con mucha más facilidad, que tú también los tienes. Que los has tenido. Y que los tendrás.
Deja de pensar en el pasado y que nunca te importe lo que los demás piensen de ti. ¡No tengas miedo a la vida! Es muy normal que no quieras volver a sufrir. ¡Yo tampoco!
A veces me recuerdas a esas personas que han hecho de la queja la razón de su vida. Incluso creo, y perdóname por esto, que te inventas problemas donde no los hay. Le das demasiadas vueltas a las cosas. ¿De verdad te crees que la gente va haciéndote daño deliberadamente?La vida es demasiado corta para gastarla odiando. ¡Avanza criatura! ¡No te quedes atascada!
¿Sabes que hay personas con el corazón lleno de basura? ¿Y que mientras más basura acumulan, más infelices son?
¿Y sabes eso de que las emociones son contagiosas? Pues yo sí lo sé. Y, precisamente por eso, decido quien entra en mi vida y quien no. Quiero que sepas que tu actitud me desgasta. Y, por esa razón, no voy a permitir que descargues en mi tus miserias.
A mi me gusta (y necesito) la gente que me hace reír. Ese tipo de gente que no lo sabe todo y ¡no pasa nada! Que reconoce sus errores. Que me critica sin herirme. Que pide perdón y lo…practica.
Hagamos el pacto de apoyarnos la una a la otra SIEMPRE. Sin importar cómo llevemos cada una nuestra vida. Y que podamos contar con nuestro apoyo. También SIEMPRE. No importa lo que pase. Porque cada una de nosotras aporta algo a la otra. Y porque son precisamente esas diferencias entre tú y yo las que enriquecen nuestra relación.
Olvida los problemas del pasado o, por mi salud, me veré obligada a tomar distancia “psicológica”.
Porque me importo y mucho.
Y no quiero que me hagan daño.
Ni tú ni nadie.
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.
Claro, muy claro, como me he sentido identificada durante una etapa pasada de mi vida.
Y además dando soluciones. …
Gracias por dejarme estar cerca de todo lo que haces, eres muy GRANDE, y lo contagias!
Bss
¡Gracias María!
Siempre he sido de la opinión que decir determinadas cosas de los demás que no te gustan o que te hacen sentir mal, no van a ningún sitio si no las acompañas de soluciones.
Espero que como tú, también llegue el día que yo pueda decir que pertenece a una etapa pasada de mi vida.
Bss.