¡Claro que creo! ¡Y pobre de mí!
Creo en el Ratoncito Pérez. En los Reyes Magos. Y en Papá Noel.
Creo en el flechazo de Cupido. Y creo en el aleteo de mariposas en el estómago. Creo que el amor lo es TODO.
Creo en las señales. Creo en los silencios. Y creo en la palabra dada.
Creo en dejarse llevar hasta que el cuerpo aguante. Y en tirarse a la piscina…de cabeza. No creo en los muros.
Creo que el pasado, pasado está. Y que la gente no cambia. Creo que aún me queda mucho por aprender.
Creo en las estrellas fugaces. Y en el influjo de la luna llena. Creo…en los eclipses de sol.
Creo en el compromiso. Y en la lealtad. No creo en salir corriendo a la primera de cambio.
Creo en los que van de frente. Y en los valientes. No creo en los pelotas.
Creo en los efectos de la música. Del cine. Del teatro. De los libros. Y…en la magia.
Creo en los comienzos. Y en los finales. No creo en las medias tintas.
Creo en los defectos. Y en las virtudes. Creo en…las dudas.
Creo que no todo el oro reluce. Y que no hay mal que cien años dure. ¡Creo en el refranero español!
Creo en la suerte. Y en el esfuerzo. Creo en el karma.
Creo en los sueños. Y en el sexto sentido. Creo que… hay vida en Marte.
Creo en el poder curativo del chocolate amargo. Y en los beneficios de un gin tonic. Creo que la tortilla de patatas es ¡sin cebolla!
Creo que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Y creo que a la vida no hemos venido a ganar o a perder. Creo…en los errores.
Creo en los planes de última hora. Y en las sorpresas. Creo en las cosas que pasan sin querer.
Creo que seré inmortal cada vez que leáis esto.
Y sí. Creo y seguiré creyendo porque SOY TODO ESO EN LO QUE CREO.
Coco
Fuente de la fotografía: Pinterest.