«Love is love», amor es amor, en todas y cada una de sus formas y nadie debería ser juzgado por lo que siente o por lo que demuestra.
«Todos diferentes, todos iguales» es el título de un post que escribí hace un tiempo en el que daba las gracias a esas familias que son capaces de educar a sus hijos en la igualdad y hoy me reafirmo en ello. Es fundamental nuestra labor en la educación de niños y jóvenes para que sean como quieran ser, amen a quien quieran amar y respeten a todos los que no sean como ellos.
En las personas adultas es un poco más difícil, pero no imposible. No puedo entender a esos que odian a todos los que consideran diferentes. En nuestro día a día hay pequeñas cosas que pasan casi inadvertidas y que pueden ser el germen de algo más grande y nosotros podemos evitarlo.
Vamos a evitar esas bromas que nos parecen tan inofensivas, pero que hieren, vamos a dejar de etiquetar a las personas por cómo se comporten, cómo se vistan o con quién decidan compartir su vida. Vamos a defender los derechos de aquellos que son como nosotros y de los que no lo son, la igualdad de las personas y el respeto al prójimo son fundamentales. No olvidemos que todos queremos lo mejor para nosotros mismos y los que nos rodean y seguro que todos los que te rodean no son como tú.
El amor es amor y las personas somos personas, eso que no se nos olvide nunca.
Reyes
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