Lo tenemos tan grabado en la piel, y en el alma, que no hace falta mirar el reloj para saber que es la hora de salir al balcón. Más de un mes después…España, a las ocho, se para. Somos muchos los que seguimos acudiendo a la cita del aplauso para reconocer el trabajo del personal sanitario y de los cuerpos y fuerzas de seguridad.
Pero también merecen un aplauso todos aquellos que se quedan en casa respetando las normas. Ellos también son héroes. Como lo son los que siguen yendo a trabajar desde el primer día de confinamiento o los que ponen arte, talento y música al servicio de los demás. Como lo son todos y cada uno de los que desde sus pymes, talleres o casas, trabajan y reparten desinteresadamente por toda la geografía española cualquier tipo de material que pueda servir en estos tiempos difíciles.
Y, ¿por qué no?, como también lo merecen “los gigantes”. Desde el principio de la crisis, la ayuda de grandes empresarios y compañías españolas ha sido fundamental a la hora de comprar, fabricar y transportar material sanitario. Y entre ellos Amancio. Su reacción no tardó en llegar. En pleno pico de la pandemia se dedicó a fletar aviones para traer a españoles que estaban lejos de sus casas, donar cientos de miles de mascarillas, comprar equipos de protección, coser batas (¡y qué bonitas son!) o mantener el sueldo de todos sus empleados… ¡Ortega lo ha vuelto a hacer! Y, como de costumbre, algunos -lejos de darle las gracias- siguen criticando sus donaciones, su solidaridad y su ayuda. ¡Qué cierto es que este virus saca lo mejor y lo peor de cada uno!
Él mientras, sin publicidad ni ruido, sigue ayudando a su país en las cosas importantes. Como ha hecho siempre. Como hacemos cada uno de nosotros. Porque hay muchas formas de hacer cosas y, cada uno de nosotros, a nuestra manera, intentamos poner nuestro granito de arena para que esta pesadilla acabe cuanto antes. No podemos dejar de hacerlo. Nuestra labor es mandar fuerzas a los que se encuentran en la primera línea de fuego y devolver a esa parte de la sociedad algo de cariño que sirva para aliviarles.
Ese es nuestro principal trabajo ahora. Dejando claro que la unión hace la fuerza y que, en estos momentos en los que tan mal lo estamos pasando, toca arrimar el hombro más que nunca para salir cuanto antes y de la mejor forma posible.
La lucha contra esta pandemia es cosa de todos y cada uno puede, y debe, ayudar mirando al futuro. Porque no hay mejor respuesta ante el miedo que…la esperanza.
Coco.
Fuente de la fotografía: El Huffington Post