Existen pastillas para la alergia, para el corazón, para la tos…y luego están los viajes. Porque cuando se trata de ser feliz hay una única pastilla: Viajar.
Viajar nos hace felices. No importa el destino. Viajamos, sencillamente, para cambiar de ideas. Porque cuando viajas, uno viaja en busca de algo y vuelve a casa para encontrarlo. ¿O no es de eso de lo que se trata? Y cuando vuelves, vuelves nuevo, diferente, como si hubieras dejado algo de ti en aquel lugar. Viajar nos pone a prueba. Nos obliga a disfrutar del momento aunque no tengamos batería para compartirlo con el mundo. Sí o sí toca confiar en extraños. Nada es tuyo, sólo el aire que respiras, tus horas de descanso y los sueños que tengas. Creo que sabéis de lo que estoy hablando.
Viajar siempre es la respuesta sea cual sea la pregunta. ¿Quién necesita pasar horas y horas en la consulta del psicólogo si puede gastar ese tiempo y dinero en un viaje? Invertir el dinero en experiencias te hace más libre, más seguro y más feliz.
Pero como humanos que somos, no contentos con tener la felicidad, también nos gusta compartirla. Y por mucho que quieras a tu Adán o a tu Eva, una escapadita sólo o en compañía de otros, viene de perlas. Porque viajar también es la compañía. Viajar es toda una suma de desafíos: complicidad, ronquidos, paciencia, manías, aprender, equivocarte… Y hay que acertar a la hora de elegir a «las víctimas». No es tarea simple. En un viaje todo se transforma y la amistad «de viaje» pasa a ser una palabra en mayúsculas.
Viajar es mucho más que hacer turismo. Recuperas tus 5 sentidos, descubres que fuera de tu mundo hay otro o haces terapia de grupo. ¡Además siempre hace buen día para conocer a gente nueva!
Acabo de comprobar que entre mujeres es casi imposible que un viaje salga mal. Si hay muchas hormonas femeninas viajando juntas, nada es lo que parece. Ponerse de acuerdo para cualquier cosa, en el día a día, es una tarea difícil pero cuando hablamos de viajes y compras ¡siempre se consigue! ¡Si no hay compras no es un viaje con amigas! Así que…¿por qué no arriesgar?
Si eres de los que no necesitan «medicación», viaja simplemente porque sí. Porque te gusta. Recuerda que cuanto más tiempo pasa más deprisa corre y vive, pero de verdad, ese carpe diem que tanto nos gusta pronunciar y que tan poco practicamos. Es mucho más efectivo que la pastillita para la tensión.
¡Que nadie os mande al especialista y probadlo!
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.