El día que más prisas tiene todo el mundo en la historia de la humanidad es el lunes después de reyes. No entiendo como a este día no le han puesto ya un nombre del tipo el «día que todo el mundo sale de su madriguera», yo el primero.
Debe ser la inercia de ese espíritu navideño que tanto nos gusta, pero llevo toda la semana que la batería del móvil no me dura ni 10 horas, he desarrollado una afonía de no parar de hablar durante toda la mañana cuatro días seguidos, todo el mundo que ha estado remoloneando durante el mes de diciembre ha llegado el 8 de enero y todo es para ya, donde estaba ese email que me mandabas para contarme las cosas, ahora hemos pasado a ver cuándo nos podemos ver para ir cerrando cosas.
No me estoy quejando ni mucho menos, pero me resulta muy curioso cómo se para el mundo cuando viene unas fiestas, un mes antes de que lleguen las Navidades la gente ya está diciendo si eso lo dejamos para después de fiestas. Luego pasa lo que pasa que no nos queda tiempo para nada, o igual sí que nos queda tiempo para celebrar la Navidad como nos gusta.
¡Qué paradoja!
Caye