Lo sé. Sé que estás herida por esa llamada que no hice. Por olvidar decirte felicidades en un día tan importante para ti. Y aunque las felicitaciones 2.0 nos ayuden a quedar bien, hay personas y momentos en los que esto no es suficiente. Tú merecías un paso más.
La verdad es que no recuerdo muy bien por qué no hice la llamada. La vida es eso que pasa mientras sucede la propia vida y, a veces, todas esas vidas que forman mi yo no me dejan ver lo que ocurre a mi alrededor. Se me olvidó. Así de simple.
No mal interpretes mi no llamada. Ni analices buscando un por qué. Pensamos más de la cuenta y le damos mil vueltas a las cosas, las mareamos con infinidad de hipótesis distintas, cambiando las variables para, al final, volver…al punto de partida. Y en ese recorrido sufrimos y casi siempre de manera innecesaria. Lo sé. Duele mucho.
¿Qué hice? Cometí un error y he tardado en descubrirlo. Me equivoqué. Quizás siempre lo supe. Sólo era cuestión de asumirlo. Siento que te hayas podido sentir mal por mi culpa cuando, realmente, no existe justificación alguna. Sencillamente hay momentos en que los amigos metemos la pata. Algunas veces ellos nos fallan. Otras somos nosotros quienes lo hacemos. Urge pedirte perdón. ¿Será demasiado tarde?
Te diré que, con todo esto, te estoy mostrando mi parte más vulnerable. Esa que menos me gusta. Tengo pánico a mostrar mis puntos débiles y no sé si estoy usando el método correcto. Confío en que algún día me perdonarás si me das otra oportunidad. ¡Hemos pasado tanto juntas!
Todos nos equivocamos y hacemos cosas de las que luego tendremos que pagar las consecuencias. Por favor, sólo te pido que no me pongas reglas. No quieras que sea otra persona. Yo no pienso igual que tú. Ni actúo. Un amigo es como es. A pesar de sus luces y sus sombras. Y, en el fondo, de eso se trata. De coincidir con gente que te haga ver lo que tú no ves. Que te enseñe a mirar con otros ojos. Que te acepte, que te ayude y que…se equivoque. Los amigos simplemente están aunque alguna vez no estén donde deben ni hagan lo que toca. ¡A veces incluso los errores pueden ser maravillosos!
Un amigo te falla cuando ya no cree en ti. Y yo lo sigo haciendo. Con tus aciertos y tus errores. Y te pido que me sigas queriendo así. Con todos y cada uno de mis fallos.
Espero que todo esto no suene a excusa. Que suene a…disculpa.
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.