Hay cosas importantes, cosas muy importantes y hay cosas… que merecen toda nuestra atención.
Los acontecimientos de esta última semana me han hecho pensar en la importancia de las cosas. ¿Quién decide si algo es importante? ¿Lo decidimos nosotros o lo deciden por nosotros?
Estaba tan tranquila leyendo el periódico, dándome cuenta de un importante gazapo cuando de repente, ¡Zas! la noticia del año, o del siglo: Juan Carlos I abdica la Corona de España; la indignación que sentía en ese momento por darme cuenta de que una periodista no ponía ninguna atención en su trabajo, y escribe las noticias por escribir sin pensar en la noticia ni en sus lectores (lo que me parece una falta de respeto, además de una tomadura de pelo) se quedó en nada, ESTO SÍ QUE ES IMPORTANTE, el rey, mi rey, ya no va a serlo y estoy viviendo un momento histórico, cualquier cosa en ese momento ha dejado de ser importante, no hay nada mas importante que esto y hay que saberlo todo al respecto, ¿Quien, cómo, cuándo, dónde y por qué? eso es lo importante, las 5 claves de la noticia (a ver si se lo aprende la periodista «despistada»).
Al día siguiente a causa de un accidente me da por pensar… ¿Qué era lo importante para mi hoy? Pues fuera lo que fuera, en un momento dejó de serlo. Un accidente hace que el orden de importancia de las cosas cambie y lo que pensabas que era importante para ti o para los que te rodean deja de serlo en un minuto y te das cuenta de que todos, absolutamente todos los que te quieren, han cambiado sus prioridades y tú has pasado a ser su «Importante» numero uno.
Hoy me ha surgido la tercera idea ¿Quién establece el orden de importancia de las cosas? ¿Lo hacemos nosotros? ¿Los demás? ¿Las circunstancias? A veces adquirimos compromisos pensando que para otra persona es importante que nosotros hagamos algo por ella, o al revés, es importante para nosotros que alguien haga algo, pero somos incapaces de decirlo. Si un compromiso, se convierte en una obligación que nos va a causar más mal que bien y lo hacemos pensando que para otra persona es importante, tal vez nos estemos equivocando. ¿Por qué no preguntamos a la otra persona si es realmente necesario nuestro sacrificio? Tal vez no lo es, y el incomodo que nos causa nuestro compromiso sería fácilmente salvable, con solo preguntar.
Por otra parte, si esperamos que alguien adivine lo importante que es para nosotros que nos ayude, nos acompañe o nos pregunte cómo estamos, sólo vamos a conseguir llevarnos una decepción. Si algo es importante para ti, hazlo saber. No tenemos poderes para leer la mente, al menos que yo sepa, así que no te enfades si no te leo el pensamiento.
Después de todo esto, mi conclusión es que la importancia de las cosas es directamente proporcional a su capacidad para hacer que todo lo que nos rodea se tambalee en un segundo, haciéndonos cambiar nuestro punto de vista en menos que canta un gallo.
¿Y para ti, qué es importante? ¿Cuales son tus prioridades? ¿Has probado a cambiarlas de orden?
Reyes