Pues ya estamos en Mayo el mes de las celebraciones, este año se nos juntan comuniones y cumpleaños, pero con más ganas que nunca de hacer cosas distintas para que las recordemos toda la vida.
Llega el momento de cumplir años, de ver como de rápido ha pasado el tiempo, de mirar atrás y ver con orgullo todo lo que hemos dejado en el camino y todo lo que hemos conseguido.
Hoy estaba comiendo con dos de mis amigos y la verdad es que desde que los conozco poco han cambiado los dos, arruguitas de esas de reírnos mucho, algo menos de pelo, pero con él y con ella siempre me pasa lo mismo, me transmiten mucha tranquilidad. Y me quedo con eso porque me doy cuenta a una semana de cumplir años que es un rasgo diferencial de la gente que me rodea.
Ser tranquilo no es ser un huevón.
Ser tranquilo es dominar la situación y el territorio.
Ser tranquilo no es por uno me entra y por el otro me sale.
Ser tranquilo es transmitir esa tranquilidad con tu mera presencia.
Ser tranquilo no es posponer obligaciones.
Ser tranquilo es aguantar la sonrisa cuando otro ya te hubiese roto los dientes.
Ser tranquilo no es hablar sin parar y no dejar expresar al de enfrente.
Ser tranquilo es saber lo que decir para provocar o no provocar una discusión.
Ser tranquilo es generar confianza.
Será que me estoy haciendo mayor. Practiquemos la ataraxia.
Caye