He vuelto a caer, lo siento, soy mortal, tengo un vicio muy feo y he vuelto a caer en él.
Llevaba mucho tiempo teniéndolo controlado, pero los últimos acontecimientos me han llevado a caer. Me he dado cuenta de que soy débil, la fachada de mujer fuerte puede que me funcione con los desconocidos, pero los que me conocen de cerca saben que yo también tengo mi corazoncito.
A mi también me gusta que estén pendientes de mi, que me pregunten que cómo estoy o si tengo planes, si necesito ayuda o si me apunto a una fiesta. Me gusta que se interesen por mi trabajo, que me tengan en cuenta, que halaguen las cosas que hago bien y que me propongan hacer cosas interesantes que me supongan un reto.
Hay personas a las que habré decepcionado, pero también las hay que me decepcionan a mi. Es lo malo de tener expectativas. Cuando esperas algo de alguien y no lo obtienes, te desencantas, no se puede evitar.
Las desilusiones, el malestar, las dudas, todo contribuye a que la tranquilidad no aparezca por ningún lado y tenía que encontrar una vía de escape.
No ha sido nada planeado, pero los vicios son así, aparecen cuando menos te lo esperas. Te reconfortan, aunque sea momentaneamente. Es una sensación de liberación de estrés que harías durar siempre pero que sólo dura unos segundos. Después llega la culpa y el ciclo empieza otra vez.
Hay vicios de todo tipo y yo no te voy a confesar el mío. ¿Tú ya tienes elegido el tuyo? Espero que te funcione mejor que a mi, que acabo de caer en el y ya estoy pensando cómo quitármelo.
Reyes
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