Ha llegado el momento de mirarme en el espejo… ¡en bikini!
Por primera vez este verano, me he puesto el bikini y he vuelto a hacer lo de siempre, mirarme en el espejo de la entrada de casa. Ese espejo que está puesto para que te mires cuando vas a salir y hagas el repaso de que llevas todo lo que hace falta… el abrigo, la bufanda, las botas, el bolso… pero no, hoy no, hoy sólo estamos el bikini, el espejo y yo.
Esto solo pasa una vez al año, el día antes de empezar la temporada de playa. Y me consta que no soy la única que lo hace, hombre y mujeres, todos por igual, antes de lucir nuestros palmitos en la arena, nos sometemos al juicio más severo, el que emitimos nosotros mismos acerca de nuestro cuerpo. Nos plantamos delante del espejo y empezamos a sacarnos pegas… que si esta mollita de aquí, que si lo otro me cuelga de allá, que la piel no la tengo uniforme, ¡oh, no! ¡¡¡esto no estaba aquí el año pasado!!! ¿¿Y ahora qué hago??
Pues ahora, preocúpate de elegir la playa que más te guste, de que tengan sombrillas y hamacas disponibles y… ¡¡un buen chiringuito cerca!! Preocúpate de conseguir un buen protector solar, un restaurante donde den bien de comer a un precio razonable y donde puedas aparcar con facilidad. Preocúpate también de quedar con tus amigos y organizar planes de playa divertidos en los que el mar sea el absoluto protagonista.
Pero recuerda, lo más importante es que te preocupes por disfrutar y entrenar la mejor de tus sonrisas pues al final es eso lo que seguro que se van a fijar todos los que tengas alrededor.
Reyes
Fuente de la imagen: Pinterest
