Frío, así se me queda el cuerpo, frío.
Frío por la temperatura exterior y frío por dentro.
Frío por las injusticias, las diferencias y las reivindicaciones. Frío porque nos toque utilizar todos los recursos que tenemos para defender lo que nos pertenece.
Frío porque hasta los momentos de ocio se hayan convertido en momentos tensos. La gala de los Goya en vez de entretenimiento era pura reivindicación, las azafatas de la F1 reivindican sus puestos de trabajo, las feniministas son confundidas con feminazis y hay hombres que nos dicen que para reivindicar nuestro papel lo mejor que podemos hacer es taparnos.
¿Y nosotras? Nosotras no queremos taparnos, desde pequeñas sabemos aguantar el frío. Ese que nos intenta congelar la opiniones e incluso las ideas, que nos congela la voluntad y las respuestas.
Frío es como se queda el ambiente cuando alguien habla de un padre de familia que se ocupa de su casa y de sus hijos. Frío porque se sale de lo habitual, porque no es a lo que estamos acostumbrados y algo que debería tratarse como normal se convierte en extraordinario.
Frío es el pedestal en el que intentan colocarnos y tampoco estamos pidiendo, solo queremos ser un individuo más, sin que importe nuestra edad, nuestro físico, nuestra raza o condición.
Frío está hoy el ambiente, pero más frío está el techo de cristal que nos limita y que entre todas seguro romperemos.
Reyes
Imagen: Chema Madoz