Estoy nerviosa, no lo puedo evitar. Mañana vuelvo a la oficina después de nosecuantísimos días en casa y estoy que no me encuentro.
En mi ciudad seguimos en Fase 0 de desconfinamiento, parece que no debería haber ningún cambio de la semana pasada a esta, pero los hay. No se si es por que la gente está más preparada, porque están hartos de estar en casa o porque de verdad necesitan volver al trabajo que parece que las calles respiran un poco de actividad.
Los comercios se han acondicionado para cumplir con las normas de seguridad, se han instalado mamparas separadoras en todas partes, se piden citas para todo, la atención es personalizada, con mascarilla (por el bien de todos), con gel hidroalcólico al alcance de la mano y con mucha paciencia por parte de las personas que nos atienden.
Yo estoy preparando mi vuelta para mañana igual que mis amigos Miguel Ángel y David, que abren «El pollo Pancho», su negocio de comidas preparadas en el que volverán a «Montar el Pollo», principalmente porque su artículo estrella son los pollos asados (y los arroces), los mejores de la Albufereta, Alicante y parte del extranjero.
Igual que ellos tienen todo previsto, así estoy yo, que he mandado a mi chico a comprar pan de molde para llevarme el almuerzo como si me fuera al cole. El café me lo tendré que llevar también desde casa, y la fruta, y la botella de agua… también me llevaré la ilusión de reencontrarme con mis compañeros, como si del primer día de cole se tratara y los nervios por el encuentro con lo desconocido.
Mi mesa será la misma, pero estará adaptada para cumplir las normas de separación con mi compañera, allí esperándome estarán mis plantas, que durante todo este tiempo mis compañeras han cuidado y seguro que han florecido. Todo será igual, pero sé que será distinto.
Espero que al volver mañana a casa, sienta que nada ha cambiado, que seguimos siendo responsables y evitando contagios.
Reyes
Imagen: mis plantas en la oficina el dia que las perdí de vista. 13 de marzo de 2020