¡Manda narices! Toda la vida comiendo roscón pero no ha sido hasta ahora que me he enterado de qué va la copla. ¡El «tonto del haba» es el tonto del roscón!
Resulta que esto viene de antiguo, de los tercios de Flandes. ¡Ahí es nada! Fue entonces cuando, por Navidad, metieron la dichosa haba en un bizcocho y al que le salía le nombraban “el tonto del haba” durante unas horas. En ese rato podía hacer y deshacer a su antojo y mandar en los demás. Un tontaina que ni fu, ni fa; de esos que disfrutan haciendo un teatrillo para que todos vean que está allí y no pasar desapercibido.
Hoy por hoy es uno de los insultos que más duele al personal porque cuando se dice que fulano es un tontolaba, no hace falta decir nada más. Lo tenemos ahí…tonteando.Y es que esa haba parece que a algunos les da una peligrosa doble ración de autoestima y se vienen arriba rápidamente, sólo confían en si mismos y en sus posibilidades y esa confianza les inmuniza, con una arrogancia fuera de lo común, frente al resto de la humanidad.
Os confieso que de entre todos los tipos de tontos, para mi el más insufrible es ese, el tontolaba que nada más verle piensas: “Ya está el listo que todo lo sabe”. Hablo del tonto esférico, simplón, patoso, cretino y sobre todo…marisabidillo. ¡Sí, todo eso junto en una sola persona! ¿Sabéis de quiénes hablo? Si no, estáis de suerte, porque yo me he cruzado con más de uno a lo largo de mi vida. ¿Y sabéis lo peor? Que con haba o sin ella seguirán siendo igual de tontos porque sus tonterías no les permiten aprender. Son tontos con la tontería elevada a la enésima potencia.
La próxima vez, fijaos bien: Si después de haber disfrutado de su haba el tiempo políticamente correcto siguen haciendo uso de su tontorrón poderío permitiéndose determinadas licencias sobre los demás porque creen que, sencillamente, se las merecen; si después de haberles tocado el haba siguen haciendo uso de una extrema estupidez hasta el punto de seguir sobrevalorando sus capacidades, ignorando sus debilidades (sencillamente porque cree que no las tienen) y -lo que es peor- no reconociendo el talento de otros, es que siguen siendo tontos. Entonces…¡huye!
Eso sí. Si os ha tocado el haba…enhorabuena a los premiados.
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest