Ha llegado Diciembre y con él algo que toda la gente pregunta: “La comida de empresa… ¿pá cuándo?”. Y es que a estas alturas del mes ya habrás recibido un correo interno indicándote día, hora, lugar (y precio) de para muchos “EL GRAN COÑAZO DEL AÑO”.
Ahí está otra vez. Sin que nadie le haya invitado, se planta ante ti un año más la maltratada y temida quedada navideña y tú no puedes hacer nada para esquivarla. Si eres de los que ya la han disfrutado, espero SINCERAMENTE que todo haya ido bien. ¡Enhorabuena! ¡Habéis superado la prueba!
No ir no es una opción. Lo fácil es decir no pero tú, como yo, eres valiente y si hay que ir…se va. No intentes huir. Es inútil. Te acusarán de antisocial. Así que prepárate. Un sarao tan difícil de hacer desaparecer, merece que te armes de valor y vayas. Piensa que lo que estás haciendo esa noche es trabajar con un sutil toque de, digamos, relajación. Al fin y al cabo, sólo se trata de pasar un rato divertido y lejos de las tensiones diarias. Es ese momento en el que jefes y trabajadores se entremezclan amigablemente, sin rangos ni escalafones, para “hacer balance del año”. Esa gran oportunidad para que todos podáis felicitaros, hablar, reír y conoceros mejor creando un ambiente relajado como la gran familia que sois y…mezclando el comer con el beber.
Una vez superada la fase “NO VOY” viene la pesadilla del “¿QUÉ ME PONGO?”. Aquí la corbata y el traje de chaqueta dan paso al escote, a la minifalda o al chandalismo y del cardado mejor no hablemos. Ser tú lo dejas, si eso, para el próximo fin de semana.
“¿CON QUIÉN ME SIENTO?” será la pregunta del millón. Como no tengo la más mínima intención de decirte si debes sentarte al lado de tu jefe quiero recordarte que, en más de una ocasión, esa fiesta de hermandad se torció. No es nada personal pero…huye de él. Es una cuestión de mera supervivencia. Recuerda que ningún jefe es un segundo padre para ti ni para nadie. “El Boss” es, ha sido y será “El Boss”. Piensa también que, aunque afortunadamente tu cuñao no viene a este invento, no te librarás de “el chapas”, de la cotilla, del gracioso o del bailongo. Son especies que jamás se extinguirán. Especial mención (y atención) a los paparazzis o, cuando quieras darte cuenta, tu foto estará rulando por infinitos grupos de whatsapp. En resumen: da igual donde te sientes.
Tened a mano chistes buenos y copas llenas. Brindis y más brindis hasta que suene “»amigos para siempre, will you always be my friend”. ¡ATENCIÓN! ¡Aquí es donde la cosa se tuerce! Algunos, prudentes, se batirán en retirada por eso de “una huida a tiempo es una victoria” pero tú no. Tú, que sigues siendo valiente (como yo) y no tienes nada de seta, decides seguir la fiesta. Crees que, gracias a la barra libre, es posible que alguno te sorprenda. Hazlo si quieres. Pero tómate sólo una y tira pá la casa.
No te engañes. En el trabajo la gente será igual el resto del año. Y lo que te hace gracia hoy, mañana te pasará factura en formato dolor de cabeza, hinchazón, gases y ardor de estómago. Sueños perturbadores no te dejarán en paz y el temido ”¡Tierra trágame!”… te dará los buenos días.
¿SOLUCIÓN?
Antes de ir a dormir, tómate una aspirina.
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.
jaaaa que recuerdos y el Lunes siempre llega……asi que cuidaditoooo
¡Ya te digo! ¡El lunes y todos los días laborables siguientes! Bssssssssssss