Si, has leído bien: el amor está sobrevalorado, eso de que el amor es la clave para la felicidad, te digo yo que es mentira.
Hace poco leí que se es más feliz con el «amor imaginado» que con el amor real. Esto es, que cuando conocemos a una persona y comenzamos a imaginar situaciones, durante el principio de una relación, en la etapa de la conquista, del tira y afloja o como queramos llamarlo, las mariposas del estomago hacen de las suyas y producen un estado de felicidad absoluta en el que es imposible que se nos borre la sonrisa de la cara, desprendemos alegría, emoción y endorfinas a raudales.
Luego viene el amor real, la materialización de la relación, el periodo de «acoplamiento», cuando intentamos que el «equipo» que hemos formado con nuestra pareja sea una suma de las personalidades de los dos. Durante este periodo se negocia, se toman decisiones, se renuncia a determinadas cosas siempre pensando en «el beneficio mutuo» y ¿para qué negarlo?, también se sufre. Se sufre al darte cuenta de que todas esas cosas que hacía tu proyecto de novi@ durante la conquista, eran simples argucias para eso, para conquistarte, para ganarte terreno y que cayeras en sus redes y así cuando estuvieras a su voluntad poder hacer de nuevo lo que realmente le gusta o le apetece. Y si no, ¿cuantas de vosotras habéis acompañado a vuestros chicos al fútbol o a un rally durante esa época? ¿Y cuantos de vosotros habéis aguantado largas tardes de compras o infernales sesiones de playa?.
Lo se, puedo parecer fría, pero no creo en el amor. Creo en las relaciones, en las personas, en la pareja, en el compromiso, en los proyectos comunes, en la libertad de los individuos para decidir compartir momentos o compartir la vida entera con alguien, pero no creo en Cupido, ni en sus flechas envenenadas que hacen sufrir a muchos y disfrutar a pocos.
Y como dicen que hay amores que matan, yo prefiero no creer en el amor.
Reyes
Foto: «Eros y Psique» via Pinterest
Muy muy bueno. Me encanta!! La verdad que tiene mogollón de razón. Comparto opinión!
Gracias por tu comentario Antonio! me alegro de que te guste.
Un beso.