No soy de las que odia la Navidad ni mucho menos pero entre que las luces llevan semanas encendidas, que los turrones están en el súper desde octubre y que el villancico de Mariah Carey suena en bucle día sí y día también, os aseguro que mi espíritu navideño llega al día 6 arrastrándose por los suelos…¡y mira que le pongo ganas!
A eso añadir que este año lo de celebrar nos lo han puesto más difícil que nunca. La pandemia lo ha puesto todo patas arriba. Ha trastocado todos nuestros planes. Toca cambiar abrazos y besos por gel hidroalcohólico, mascarillas y…distancia. Lo peor, y en Navidad, la distancia. ¡Con lo necesarios que son los achuchones en estas fechas tan de “depresión blanca”!
En fin…La navidad a veces se convierte en una auténtica pesadilla y, con el virus campando a sus anchas, la cosa se pone aún más fea. Así que haz como mi grinch favorit@ (no desvelo nombre aunque sé que morís de ganas por saberlo) y no te obligues a ser feliz. Aprovecha para decir NO a diestro y siniestro, NO a esos planes que no te vienen nada bien y NO a esa gente que aparta y no aporta. Pero NO renuncies a celebrar que el 2020 se va y brinda por dejar atrás lo vivido en este annus horribilis, sin remordimientos ni arrepentimientos (arrepentirse es, sencillamente, no haber entendido nada) y…por la vacuna. Con el 2021 llega la esperanza en forma de vacuna. Y la tristeza con esperanza es…menos tristeza.
P.D.: Ya si eso, y si te vienes arriba, ponte el gorro rojo o las orejas de reno, pilla un matasuegras…¡y dale al play!
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.