Cuando nadie me ve, soy realmente yo.
Y es que cuando nadie me ve, no me preocupo por si ofendo a alguien o por si pueden pensar esto o aquello. Soy yo, con todas mis consecuencias.
Lo mejor es que cuando nadie me ve, me veo yo, y me analizo y me pregunto ¿Me comportaría igual rodeada de gente? pero.. ¿gente conocida o desconocidos?… Afortunadamente la respuesta es siempre SI. Soy igual cuando estás delante y cuando no. Actúo y pienso igual. Si algo me gusta, me gusta siempre y si no me gusta, pues no me gusta y se acabó.
Cuando nadie me ve trato de ser consecuente con mis ideas, igual que cuando me relaciono con los demás. Trato de mantener mis opiniones, aunque puedo dejarme convencer de lo contrario, todo depende de los argumentos que utilices. Hago por ver las cosas desde diferentes puntos de vista. Aunque si hablamos de alguien que me cae mal… difícil es que cambie de opinión.
Cuando nadie me lee, o eso creo yo, escribo lo que me apetece, lo que me sale… pienso en voz alta. Luego me doy cuenta de que estás ahí al otro lado de la pantalla y me pregunto ¿qué pensarás?. Lo que pienses o no, no va a hacer que cambie ni siquiera una coma (a no ser que me haya equivocado, se me hayan cruzado las teclas o mis dedos hayan escrito solos). Lo que escribo aquí lo mantengo en mi vida diaria y podemos discutirlo cuando quieras. Me refiero a este post y a cualquier otro que haya escrito antes, claro!. Así que si quieres un intercambio de opiniones, ya sabes donde encontrarme.
Tú no me ves, pero se que me lees y me alegro de que así sea.
Reyes
Fuente de la foto: Pinterest