Si a todos nos gusta estar de buen rollito en el trabajo con un ambiente distendido en el que todo el mundo es colega de su colega y nos iríamos de cañas con todos con los ojos cerrados.
Siento desilusionarte, pero en todos estos lugares de cultura buen rollista si quieren llegar a algún sitio como empresa tiene que haber un CABRÓN, sí ese que cuenta las verdades del barquero, ese que llegado el momento se pone serio y nos pone en nuestro sitio.
La verdad es que el buen rollo como que cansa (piensa el CABRÓN), a mí me mola mucho la gente con un gran sentido del humor esos y esas con los que mantener conversaciones apasionantes o con los que estas deseando compartir un buen vino, pero todos necesitamos una CABRÓN en nuestras vidas que nos espabile y nos ponga las pilas, de esos que sacan lo mejor de ti, de esos que te pones a mil solo con sentir su presencia. Un CABRÓN de esos que se pone serio cuando realmente la has cagado. Un CABRÓN de esos que te dice, lo siento, pero ahora no hay buen rollo porque todos sabemos que puedes dar más de ti.
Y recuerda que, si tú en tu lugar de trabajo no tienes ese CABRÓN, igual es que lo eres tú.
Caye