«La vida sólo puede ser comprendida hacia atrás, pero únicamente puede ser vivida hacia delante.» Søren Kierkegaard
Dicen que no hay que mirar atrás, pues corremos el riesgo de convertirnos en estatuas de sal, pero en ocasiones no podemos evitarlo. Miramos hacia atrás e inevitablemente comparamos nuestra situación con la actual. Muchas veces nos fijamos en lo que consideramos «buenos tiempos» y añoramos aquella época en la que vivíamos tan bien y no teníamos ni pizca de las preocupaciones que ahora sufrimos.
No está mal mirar atrás, pues como dice Kierkegaard, solo así comprenderemos la vida, pero no nos quedemos ahí. Conozco personas que sólo saben lamentarse de lo que les ha pasado, de lo bien que vivían y lo mal que se encuentran ahora. No son capaces de mirar hacia delante y acostumbrarse a la nueva situación. Yo pongo todo mi empeño en ayudarles a cambiar el punto de vista, a que miren hacia un futuro lejano o cercano y que hagan cosas para sentirse mejor.
En ocasiones mis fuerzas también flaquean y no me siento capaz, ni creo que tenga derecho a decirle a nadie cómo tiene que vivir su vida. Estoy convencida de que dentro de cada uno de nosotros hay un interruptor on/off o una cerradura o un código PIN que activa nuestros sentimientos y nuestros pensamientos. Sólo tenemos que averiguar como se activa ese interruptor, encontrar la llave o adivinar el código, es entonces cuando algo hace clic y en ese instante seremos capaces de dejar de mirar hacia atrás y empezaremos a tomar decisiones acerca de nuestro presente y nuestro futuro.
Espero que si estás buscando ese «clic», lo encuentres pronto porque los que te rodean lo están deseando.
Reyes
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