Alguien te dice:
“Llevo toda mi vida intentando hacer las cosas lo mejor posible. Haciendo lo que esperaban de mí. He tratado de cuidar mi alimentación aunque me gusta comer y disfruto haciéndolo. Intenté ser deportista pero…ná. Lo de dejar de fumar he perdido la cuenta de la veces que lo he intentado a pesar de que nací con un pitillo en la boca. Siempre me sentó mal mezclar. He probado ser de rompe y rasga y ni lo uno ni lo otro. Y así en bucle. Todos los días lo mismo. Ese bucle en el que te conformas con vivir a medias sin darte cuenta que la cosa va del aquí y el ahora. Tras un tiempo averiguando de qué va la felicidad llegué a tenerla en la punta de los dedos.
Resultado: Ahora me siento a medias entre esos momentos de felicidad y la sensación de que me falta algo. Y en el intento de todo esto me he perdido un montón de cosas por miedo. Soy así de floja”.
¿A que sabes de que va? ¿Te suena? A mi sí. No es la primera vez que oigo esto. Así es la vida. Nos transformamos a ser lo que no somos por miedo. Porque tenemos miedo a (casi) todo. A que nos conozcan de verdad, a decir lo que pensamos, a pasarlo bien, a equivocarnos…Miedo incluso a cansarnos.
Y se he cansado. Han llegado las horas bajas y necesita pasar página. Y pasar página sólo es el principio. Un principio que parece fácil pero luego hay que ponerlo en práctica. Y, como era de esperar, no somos capaces. Somos capaces de complicarlo aún más. Nos da miedo ser espontáneos y decir lo primero que se nos pasa por la cabeza olvidándonos de qué dirán.
¿Y si piensas por primera vez en ti? Ya sé que este consejo te lo habrán dado infinidad de veces a lo largo de los años. Pero te aviso que eso pensar en uno mismo hay gente repartida por el mundo que lo cultiva y encima lo cuenta al resto de la humanidad. Sirve para todo.
Ahora que peino canas (teñidas) creo más que nunca que aquí hemos venidos a ser originales. Hay que ser original. Hay que arriesgar. Y hay que dar rienda suelta a la imaginación. Apostar por el rojo aunque vaya a salir negro. Elige tu propia aventura y deja que la magia haga el resto. Toca darle la bienvenida a lo que venga y disfrutar. Ríe. Creo que hay que reír más. Aburrirse es malo. ¡Sal de ahí como puedas! Vete a ver mundo. No te enjaules y… ¡suéltate la melena!
Poco más que añadir. Porque cuando te pasa eso ya no quieres parar. Haz la prueba. Cuando cojas todo y lo mezcles… ¡verás qué bien sienta!
Coco
Fuente de la fotografía: Pinterest