¡Ánimo valientes! ¡Ya queda menos!
¿O no?
Tal miércoles como hoy, la semana que viene, el espíritu navideño iniciará su camino de vuelta y más de uno volverá a respirar tranquilamente. Quedarán aún Noche vieja, Año Nuevo y el día de Reyes, pero eso es…otra historia. Esos no pican tanto como Nochebuena y Navidad.
En unos días vuelve la ¿pacífica soledad? para algunos y podrán guardar los manuales de supervivencia a la Navidad. En breve decimos adiós al poder de la nostalgia, de la las sillas vacías y… ¿a que las familias se reúnan a pesar de todo?.
Se acaban las falsas reconciliaciones y las treguas. El cuñado se va su casa y la suegra con él. Adiós al primo de Toronto y hola de nuevo a las lenguas afiladas y a los puñales en alto. ¡Adiós a forzar la máquina!
Se acabó “hacer como que no pasa nada, pero sí que pasa”. Los malos vuelven a ser malos y los buenos siguen siendo…regulares. Adiós también al buen rollismo y al aguinaldo. ¿Adiós a respirar por la herida?
Adiós a los abrazos sin razones, y a las risas y besos sin sentido. Adiós a los reencuentros y a los ajustes de cuentas. Adiós a la vena solidaria y… ¿adiós al Grinch que llevamos dentro?
¿Se acabó ser bondadoso y quererse mucho? ¿Adiós a valorar lo que tenemos (¡lo mucho que tenemos!) y a cuidar a esos nuestros que tenemos lejos? Adiós a las lágrimas por las ausencias… ¡Adiós a la melancolía!
Adiós a las cenas de empresa (aunque sólo trabajes en una), a “Qué bello es vivir” y a “Sólo en casa” por quincuagésima vez. ¡Llega la purpurina y los brilli brilli! ¡Hola a los brindis por aquí, por allá y por todos los lados!
¿Adiós a los juegos de mesa y al amigo invisible? ¿Adiós al capón y a la lombarda?… ¡Porque al turrón aún le queda un rato!
Adiós al “gordo” y a la magia de Dickens.
¿Adiós a la esperanza? ¿Adiós a las emociones a flor de piel? ¿Adiós a la magia de la buena gente?
Depende. No sé si después de toda esta tempestad llega la verdadera calma, pero yo me quedo con la Navidad…a pesar de todo.
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest