Hubo una vez en la que me dijiste que lo tenías todo controlado y yo conocía tu miedo a lo desconocido.
Hubo una vez en la que me dijiste “Los resultados son lo único que importa” hasta que me demostraste de que hacer lo que sea para conseguir los objetivos no es una buena estrategia.
Hubo una vez en la que me dijiste “Saltémonos las normas una vez, lo hace todo el mundo y no pasará nada” y esto sentó un precedente que sacó a flote tu mediocridad.
Hubo un momento en el que nos dijiste” si tuviera otros compañeros, otro equipo, otras circunstancias, todo sería más fácil” y en ese justo momento nos dimos cuenta de que eras un victimista.
Hubo un momento en el que nos decías “Aquí no vengo a hacer amigos” y todos pensábamos ¿entonces a que vienes a hacer enemigos?
Hubo un momento en el que decías “Solo tengo tiempo para las cosas importantes” y no fuiste capaz de darte cuenta que en lo no-imporante está lo importante.
Hubo un momento en el que nos decías ¿Tengo que escuchar a los que me critican?, con lo cómodo que te sientes con tus palmeros dando palmas sin parar, el liderazgo no es popularidad.
Deja de mentirte y asume tu realidad antes que sea tarde.
Estar loco no es malo. Ser hipócrita y mentiroso sí.
Caye