La mayoría de veces tengo la sensación que me paso el día escuchando cosas chungas, esa extraña habilidad que tenemos en prestar atención solo a las cosas malas.
No te digo con esto que no me lleguen buenas noticias al cabo del día, pero es esa sensación de que lo malo acaba con todo.
Todas las semanas desde hace 5 años tengo mi propia manera de medir las cosas chungas que me pasan a lo largo de la semana “Versus” las cosas divertidas y que me dan alegría.
Algunos pensareis cual es la razón por la que le da por escribir todas las semanas.
El estar atento, el sentarme delante del ordenador, el sacar mi pequeña libreta llena de anotaciones, el volver la vista atrás, el saber que hay que esperar para escribir ciertas cosas, el escribir desordenadamente para luego al final dale el formato, el enfadarme, el reírme, el poner ojitos, el entristecerme por el recuerdo de los que ya no están y el ilusionarme por los que llegan nuevos.
Una conversación, un sentimiento, una mirada, una sonrisa, un desprecio… todo esto y mucho más.
Mi lucha semanal por escribir, y la mayoría de veces me voy por lo chungo, esto debe ser como una especie de terapia en la que “escupo” lo que me hace mal para ver si así me curo.
Una cosa tengo claro es que mi terapia funciona y por lo visto los protagonistas de lo chungo en la mayoría de veces se dan por aludidos y aludidas.
¡Chungos y Chungas que os den!
Caye