Siempre he dudado de muchas cosas, de muchos pensamientos y de muchas personas.
Dudo de las verdades absolutas y de las opciones predeterminadas.
Dudo de si mi duda es inseguridad.
Dudo de tus miradas cuando me ves.
Dudo de tus llamadas para aportarme soluciones.
Dudo de tu cara de bueno.
Dudo de tus falsas palabras y también de las buenas.
Dudo de tus elocuentes promesas.
Dudo de tu sequito.
Dudo que dudes, te sueles conformar con poco.
Dudo de ti.
Nunca he sido de evangelizar, ni de verdades absolutas. Así que permíteme dudar que está más que permitido.
Caye