LA GRAN CAGADA

No estoy orgullosa de haberlo hecho pero sé que en el mundo de las cagadas no estoy sola.
He metido la pata y siento en las tripas cómo una horda de alimañas me recuerdan lo mal que lo he hecho y me ponen la etiqueta de especialista en…lo que sea, menos bonito.
Siempre he sido un culo inquieto ¿Será por eso? ¿Quién sabe? Igual no tengo solución y me quedo así para toda la vida. ¿Os imagináis?
Todo va aparentemente bien hasta que llega un día en el que…¡y la cagas!
De pronto, todo se tuerce. Así sin más. Cosas del directo. Y como no puedes retroceder en el tiempo, es cuando toca improvisar.
A las y los “mariperfectos” (sí, esos qué no saben lo que es cagarla porque se creen seres superiores y están por encima del bien y del mal) os puedo asegurar una cosa que más vale que sepáis ya si es que tenéis la “mala suerte “de que aún no os haya pasado: la vais a cagar. Vais a meter la pata más de una vez a lo largo de vuestra vida. De nada.
A los que ya la han cagado, recordarles eso de que si creen que tienen que llorar, que lloren. Pero sólo hoy. A partir de mañana las lágrimas se meten en un cajón y manos a la obra para “descagarla”. Dicho en lenguaje fino sería algo así como: “encontrar soluciones en tiempo real”. Admitidlo: funciona.
Cuando pase, y creedme porque os va a pasar, no hagáis otra cosa que no sea reconocerlo. No es sencillo, lo sé. Sólo es necesario que sea de verdad. Alguien dijo una vez que si hay algo que te da miedo, eso es exactamente lo que tienes que hacer.
Ser capaz de analizar una “cagada” para sacarle el mejor beneficio posible pide que te apliques a fondo para salir de ese fango en el que te has metido tú solita. Los más grandes suelen ser los más humildes y, sobre todo, con un buen par. Recordarlo. El resto de la humanidad nos creemos invencibles y que no cometemos errores y luego pasa lo que pasa.
Los que sepáis de qué hablo, y no os avergonzáis de ello, estaréis conmigo en que cagarla no siempre es malo. Para mejorar hay que equivocarse y dejar los “es que” a un lado. Justificar los errores siempre ha sido la salida más fácil pero…los errores se pagan. Lo más bonito (de vez en cuando) es cagarla, darte cuenta que la has cagado, limpiar los restos de porquería que queden y darte cuenta de que, una vez asumido, no era para tanto. No será el fin del mundo. La tecnología hará que todo avance y la Tierra seguirá girando.
La verdadera cagada es hacerla, no reaccionar y no ponerle remedio en cuanto puedas. Al fin y al cabo todo bicho viviente la ha cagado alguna vez, todos hemos tonterías…lo que pasa es que luego nos han pasado más cosas y ya no nos acordamos del día de nuestra “gran cagada”.

¿Queréis saber el final de mi “cagada”? Cuando volví a encontrarme con el protagonista de mi cagada me recibió…con una gran sonrisa.

¿Lo bueno de todo esto? Que pasa y se pasa.

 

Coco

Fuente de la fotografía: Pinterest

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2 COMENTARIOS

  1. ¿Sabes una cosa? Cuando yo estudiaba interpretación con Cristina Rota y nos hacía una crítica de nuestro trabajo en clase, la máxima regla era que no podías responder a la crítica, había que escuchar en silencio y asumir. Ella y las y los compañeros te decían lo que habías hecho mal pero también lo que habías hecho bien. Y estaba “prohibido” justificarse porque, decía y yo lo comprobé, que si te justificas, Justo en el momento de responder estabas escupiendo lejos de ti el regalo que te estaban haciendo: la oportunidad de aprender…
    Yo la cago muuuuuchas veces y con la vida he aprendido a reconocerlo, aceptarlo, perdonarme y pedir perdón si es necesario… qué relax cuando haces eso y no dejas cositas pendientes eh!!!
    Un besazo amiga

    • Qué reflexión tan bonita Sara!! Y cuanta razón encierra!!! El aprendizaje viene de la mano de los errores la mayoría de las ocasiones. Unas veces son errores y otras…cagadas!!
      Bssssssssssssss

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