Nunca he pensado en lo mal que sienta cumplir años ni en nada por el estilo. Odio a la gente que esta quejándose todo el día que va a cumplir años.
Yo soy más en pensar que la edad está en la cabeza y en cómo te sientas, si te sientes como uno de 23 y rondas los 40, vamos hacernos todos un favor y deja de visitar la planta joven del Corte Ingles.
Si, ayer fue mi cumpleaños, y desde aquí quiero daros las gracias a todos y todas, por las llamadas, por los mensajes, por los sustos por la calle y por los abrazos sinceros.
Hay cumpleaños que nunca se olvidan, esos del sándwich con nocilla, la tarta de almendra, los primos y los vecinos. Hoy he de reconocer que me he parado mirando esa foto, esa en la que estábamos todos y todo era una fiesta.
Esos cumpleaños de Vodka con limón y Whisky con naranja en los que forjamos nuestras grandes amistades que aún perduran hoy. Hoy seguimos arreglando el mundo pero siempre con un gin-tonic.
Ese gran cumpleaños en la ciudad de los Beatles como erasmus, difícil de olvidar sobre todo por los que me rodeaban. Y por sus grandes locuras con pintas de cerveza y tequila.
Si hay algo en común en todos los cumpleaños que hemos pasado es que siempre he estado rodeado de los que me quieren. De esos y esas a los que no les tengo que demostrar nada ya que saben cómo soy.
A todos los que os acordasteis de mí un pequeño momento ayer quiero daros las gracias.
Y mi recuerdo imborrable para este cumpleaños será el beso de mis peques y el no poder esperar para chivarme que el regalo eran unas camisetas de los Beatles.
Caye