Estoy sentado en mi despacho me tocan la puerta y me dicen ¿podemos hablar? Debe ser lo bueno de tener la puerta abierta que entran casi sin llamar. Hablamos de un nuevo cliente y de programar una reunión y es cuando dentro de mis múltiples preguntas sale la respuesta. Habrá que hablar con Andrés y lleva cuidado con el por qué es muy especial.
Respiro hondo muy hondo y pregunto ¿Me puedes definir especial? A lo que me contesta, pues Caye tú ya sabes, pues eso que es especial, me desconcierta ya que no sé si es bueno o malo. Así que lo pregunto y me dice pues que es raro que se sale de lo normal con su forma de hacer las cosas, uff. Me estoy enfadando por momentos, no entiendo que me estén condicionando mucho antes de conocer a una persona, y más aun diciéndome que es especial, yo prefiero ante estas situaciones que me digas directamente que es gilipollas o bipolar, pero especial, sigo sin entenderlo.
¿Tengo que tratar de una manera distinta a alguien de la que me cuentan que es especial?
Lo que hemos conseguido en este momento es que se me olvide que se llame Andrés y a partir de ahora mi mente y espero que mi subconsciente no me traicione cuando lo tenga delante y lo llame el especial.
Bueno pues no os imagináis las ganas que tengo de conocerlo, aunque como todo en la vida seguro que las expectativas superan a la realidad, por muy especial que sea, aunque eso ya lo decidiré yo.
Caye
